《 CAPÍTULO TRECE 》

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Las miradas intensas entre ambos agentes parecían no poder ser interrumpidas, sin embargo, dos golpes fuertes llamando a la puerta los hizo removerse de su lugar al instante.

— Servicio a la habitación. —anunció una voz masculina detrás de la puerta. Blake y Steve se miraron de inmediato para asegurarse de que era verdad y alguno había llamado a recepción. Tres golpes impacientes se hicieron escuchar esta vez, Rogers negó con la cabeza y tomó el brazo de la agente alejándola por completo de la puerta. 

— Toma la mochila. —ordenó Steve señalando el sofá frente a su cama. Blake se apresuró a hacerlo, el antiguo Vengador se acercó con prisa y tomó uno de los arneses dentro de su valija y ató con esmero su cintura al barandal metálico de su balcón. 

— ¿Qué posibilidad hay de que estés exagerando? —preguntó Blake mirando hacia la puerta, que en ese preciso momento estaba siendo derribada por más de tres hombres al frente, con rifles de asalto y un artefacto que estaban comenzando a armar con u...

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— ¿Qué posibilidad hay de que estés exagerando? —preguntó Blake mirando hacia la puerta, que en ese preciso momento estaba siendo derribada por más de tres hombres al frente, con rifles de asalto y un artefacto que estaban comenzando a armar con una rapidez sorprendente. 

Los disparos no tardaron en hacerse escuchar en todo el hotel, Blake miró enseguida a Steve mientras intentaba defender su posición disparando con sus propias armas escondida detrás de una pared, él ya estaba mirándola con urgencia. 

— ¿Confías en mí? —preguntó él casi gritando mientras ajustaba aún más la cuerda que rodeaba su cadera. 

— ¿Es necesario contestar? —cuestionó la castaña con ironía, Steve sonrió y estiró una de sus manos, indicándole que fuera hacia él lo más rápido posible. 

Blake disparó unas cuantas veces más antes de levantarse y correr lo más rápido que su cuerpo le permitió, Rogers la tomó de las costillas para levantarla y hacer que ella lo rodeara con sus piernas y brazos, y entonces, saltó de una altura de más de 100 metros con Blake abrazada a él mientras la habitación parecía quemarse en su interior. 

El arnés les permitió bajar lo suficiente como para estar a solo 30 metros de la piscina, fue el momento en que se percataron del caos que se estaba creando dentro del hotel, la gente corría de un lugar a otro intentando salir. 

Blake miró hacia arriba nuevamente percatándose de que uno de los hombres que irrumpieron en la habitación estaba por dejar caer un líquido que rápidamente incendiaria con un fósforo prendido en su otra mano. 

— ¡Steve! —le gritó a pesar de tenerlo más cerca de lo que jamás lo había tenido, él observó de inmediato lo que Blake y sin decir una sola palabra y mirando que el líquido ya encendido estaba dirigiéndose a ellos, soltó el arnés dejándose caer a la piscina junto a la agente. 

La gasolina prendida también cayó al agua incendiando algunas partes de la misma, impidiendo que Steve y Blake lograran salir con rapidez, pero cuando lo lograron no se detuvieron a mirar atrás. 

Agente Secreto | Steve Rogers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora