《 CAPÍTULO DIECISIETE 》

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Steve caminaba con precisión varios pasos delante de Blake, quien lo seguía en silencio y con el ruido inquietante en su cabeza de todas las preguntas que se le podían ocurrir acerca de lo que acababa de pasar hacía tan solo una hora y media

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Steve caminaba con precisión varios pasos delante de Blake, quien lo seguía en silencio y con el ruido inquietante en su cabeza de todas las preguntas que se le podían ocurrir acerca de lo que acababa de pasar hacía tan solo una hora y media.

Una casa de campo aparecía frente a la vista de ambos cuando finalmente pudieron dejar todos los árboles atrás, si alguien quería esconderse de absolutamente todo el mundo, en ese lugar podría lograrlo sin ningún problema.

— ¿Vas a matarme aquí? —preguntó ella, hablando por primera vez desde que bajaron de aquel tren. Steve la miró unos segundos antes de retirar la pequeña puerta del buzón frente a la puerta y descubrir un identificador de huellas.

— Si quisiera matarte, ya lo habría hecho... Adler. —contestó él haciendo énfasis en su apellido. Colocó su dedo índice en el identificador, este de inmediato se iluminó en una luz verde y ambos escucharon como la cerradura se abría.

— ¿Qué hacemos aquí entonces? —preguntó de nuevo, siguiendo al Capitán dentro de la casa, no sin antes mirar todo a su alrededor; la casa por dentro era como cualquier hogar de descanso familiar, muebles rústicos y antiguos, decorado con fotografías enmarcadas de personas completamente extrañas para ella, el piso de madera hacía crujir sus pasos y generando el único sonido dueño del lugar.

— Es una casa de seguridad de Pierce, tiene una en cualquier lugar que se te pueda ocurrir, y si algunas no son propiedades de él, son de sus amigos o socios, así que estaremos bien aquí. —explicó él plantándose frente a Blake con seriedad, ella lo miró atenta, esperando cualquier movimiento.

— ¿Estaremos bien aquí? literalmente acabo de traicionar a Hydra, y tú no hiciste menos que yo, así que dime, Capitán, ¿Cómo podemos estar seguros? —preguntó ella recargando su mano derecha en el arma que sostenía el arnés de su pierna.

— Cortaste la comunicación de todo Hydra, y estábamos en medio de la nada, así que no tienen modo de saberlo. —le dijo él con un tono calmado.

— Yo nunca te dije que había cortado la comunicación

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— Yo nunca te dije que había cortado la comunicación. —le dijo Blake frunciendo el entrecejo. Steve relajó su rostro mientras tomaba el arma de su arnés, Blake miró sus movimientos de inmediato, desenfundando su pistola en un movimiento rápido. —. No respondiste a mi pregunta, ¿Qué hacemos aquí? —dijo sin apuntar aún. Él negó con la cabeza de inmediato y lentamente dejó su arma en una pequeña mesa a lado del sofá más grande de la estancia.

Agente Secreto | Steve Rogers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora