Capitulo 5. Está decidido a proteger su dignidad.

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—Paga

Es una mirada fría como siempre

Y claro, incluso si Kyle tiene instinto de supervivencia y desea salir de allí, también tiene orgullo. Mucho, mucho, MUCHO orgullo.

Apretó el puño derecho, clavando ligeramente sus uñas en la planta de su mano, aferrándose a lo poco que le queda de paciencia y cordura.

Respiro profundamente, sintiendo entrar por sus fosas nasales el olor a tabaco del cohíba muriendo en el cenicero y arrugó el rostro en desagrado, es un aroma muy fuerte a tabaco, como si estuviese perforando su nariz, sin dejar de ser adictivo.

—Tienes una mirada dudosa. ¿Qué sucede ratoncito? ¿Tienes para pagar o no?.

Tan pronto Mike dejo de hablar, Kyle extendió su mano sin siquiera dudarlo o despegarse del respaldo de su silla y lanzo las fichas al centro sin ningún remordimiento.

—Mis bolsillos están llenos de todo el dinero que perdieron esos idiotas —Contesto

Y lo hizo, pago, incluso si no quería hacerlo por qué claramente carta alta es un juego de suerte, dónde no puede poner en habilidad ninguna ecuación de probabilidad para ganar. No es un juego donde pueda decir; oh, tengo malas cartas y mis posibilidades están muy por debajo del porcentaje de probabilidad; paso. No, es simple suerte y nada más.

Además, fue obligado a pagar sin siquiera querer jugar; justo ahora no tiene la elección de decidir si seguir jugando o no, tuvo que pagar el precio de entrada al juego si o sí.

—Empezamos señores.

Luego de ese pequeño intercambio de palabras, el crupier, acomodo las fichas una encima de la otra en dos pequeñas montañas de cinco fichas cada una, son; doscientos mil, es una suma totalmente irreal para apostarla en un juego donde aquel que tenga una pinche suerte; gana.

Pero bueno, él solo está allí para llevar las riendas del juego, no para juzgar.

El crupier dividió la baraja en dos, luego las mezcló con una técnica impecable y repitió el procedimiento un par de veces más.

Después; [paf] con un sonido de golpe seco, la mano del crupier choco contra la mesa. Luego, movió la mano derecha donde lleva las cartas de izquierda a derecha y las cartas se acomodaron perfectamente en forma de abanico.

El crupier las había acomodado todas frente a él; las cincuenta y dos cartas boca acabo sin que nadie pudiese ver qué número, forma o carta había debajo de cada una de las tarjetas.

—Señores, por favor, escojan su primera carta. —Anuncio el crupier colocando sus manos sobre la mesa esperando a que los participantes escogieran sus cartas.

Kyle observo a Mike una vez más mientras sentía como comenzaba a sudarle el cuerpo de una manera repentina; como si tuviese nervios de lo que pudiese suceder. 

Es un mafioso, un gánster, un maldito psicópata al que incluso su hermano le tiene miedo; así que lo pensó un poco más a profundidad, el por qué ese hombre le había dicho que perdiera y se fuera, para después escoger un juego de solo suerte.

¿Qué diablos hay en la mente de ese hombre? ¿Y todas esas preguntas extrañas? No puede negar que se siente raro, nervioso ante el poder de la dominación de feromonas en extremo dominante. Pero igual, si morirá, pues ya ni modo, le tocaba morir, pero no se dejará humillar una vez más por ese maldito alfa.

Sin pensarlo mucho más, extendió su mano derecha y tomo una de las cincuenta y dos cartas de naipes:

Siete de diamantes.

EL PEQUEÑO DEL ALFADonde viven las historias. Descúbrelo ahora