II

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Zenitsu
"Y mi ser se llena de una extraña cólera, porque sé que no soy especial"

El inicio a clases era algo espantoso, tener que volver a tus obligaciones y dejar de lado la diversión no era una idea muy llamativa para Zenitsu, pero aún así, se encontraba afuera del establecimiento escolar junto Tanjiro

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El inicio a clases era algo espantoso, tener que volver a tus obligaciones y dejar de lado la diversión no era una idea muy llamativa para Zenitsu, pero aún así, se encontraba afuera del establecimiento escolar junto Tanjiro. El último estacionó rápidamente su bicicleta y cuando esta se encontraba estable, soltó un suave "llegamos", aún sabiendo que el castaño nunca cerraba los ojos al viajar pues amaba los hermosos paisajes que se mezclaban junto aquellos sonidos que se generaban, y aquel olor que emanaban los árboles y Tanjiro, bueno, lo último lo desconocía. Todos sus sentidos se encontraban en un deleite, pero el del tacto se disfrutaba de otra forma, sentir el calor corporal de Tanjiro, cómo ambos llegaban a un equilibrio térmico, sentir su cuerpo, sentir su espalda moverse por su calmada respiración; todo.

Zenitsu amaba todo de Tanjiro.

El castaño soltó suavemente el agarre, aquel viaje lo había relajado demasiado y se encontraba en el limbo, si pudiese quedarse en esa posición durante toda su vida, no dudaría y elegiría aquella, porque sus sentimientos se expandían como el universo y un calor se esparcía en su pecho, llenándolo de alegría y paz; una emoción tan hermosa, que le causaba una extraña melancolía cuando se iba.

Se bajó del móvil y espero con una expresión serena a él de rojizos colores, el cual estaba poniendo un candado a su bicicleta para que no se la intentasen robar; ya le había ocurrido otras veces y no quería que se volviese a repetir. Luego de terminar, del canasto que traía su biciclo sacó su mochila y la acomodó el su espalda, el castaño siguió cada movimiento con su mirada y una imperceptible sonrisa se dibujó en sus labios.

¿Se acabó tu dolor de rodilla? ─le preguntó preocupado, Tanjiro tendía a ser demasiado sobreprotector con las personas que quería, y Zenitsu no era la excepción, de hecho, ya había hecho ciertos espectáculos cuando el castaño se hería en clases de deporte; una vez se puso a gritar porque la enfermera no llegaba pronto, y el menor no dejaba de llorar, cuando la señora llegó, con silla de rueda y temblando, Tanjiro conmocionado le contó la horrible vivencia que le había ocurrido a su amigo, se le había roto una uña.

─ Sí, la verdad me siento mucho mejor ─le sonrío─: realmente siempre me salvas Tanjiro, te debo una.

Es lo mínimo que puedo hacer por ti Zen, tu sabes que me importas demasiado y no puedo permitir que te ocurra nada malo

El inicio de un ambiente dulce, ambos chicos se acercaron sutilmente, se miraron mutuamente y las mejillas de uno y otro se encontraban iluminadas, sus corazones se sincronizaron, nada podía arruinar ese ambiente.

Bueno, tal vez alguien sí.

¡Zenitsu, Tanjiro! AAAAAAA

𝓗𝓪𝓷𝓪𝓱𝓪𝓴𝓲 ; 𝒯𝒶𝓃𝓏𝑒𝓃 (ᴋɪᴍᴇᴛꜱᴜ ɴᴏ ʏᴀɪʙᴀ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora