Especial Navidad

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Corría rápido, su corazón latía velozmente y sentía que en cualquier momento vomitaría, su boca se sentía babosa y el sabor a metal se saboreaba, a pesar de aquello, no detuvo su correr hasta llegar a aquella hermosa tienda, luminosa y extravagant...

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Corría rápido, su corazón latía velozmente y sentía que en cualquier momento vomitaría, su boca se sentía babosa y el sabor a metal se saboreaba, a pesar de aquello, no detuvo su correr hasta llegar a aquella hermosa tienda, luminosa y extravagante, con aquel pulso llegó a la puerta de cristal, dispuesto a abrirla detuvo su acción al leer el cartel con letra grande escrito "CERRADO", sus ojos se cristalizaron y no tardaron en inundarse de lágrimas, retrocedió y solo observó la vitrina en donde se apreciaba aquel hermoso libro. Su único deseo era tener aquel valioso objeto, dado que era noche buena aún tendría tiempo para comprar pero al parecer tardo lo suficiente, un sentimiento de culpa lo ahogó, limpio sus ojos.

Que angustiante.

Luego de unos sollozos, abandonó el lugar cabizbajo, caminando entre aquellas calles vacías donde el frío calaba su ser, la punta de su nariz detonaba un suave rosado y sus mejillas dibujadas de trazos salados, el viento sopló en su figura, sus rubias hebras bailaron en el aire, despejando la mirada del castaño; era una escena digna de película, un filme doloroso, nostálgico donde el protagonista tenía su corazón destrozado, aunque la verdad su tristeza procedía de un regalo.

Pasaron cinco minutos y llegó a un puente que se encontraba demasiado cerca de su hogar, corrió hasta este deteniéndose en las barandas, subiéndose a estas y quedando al borde, pudiendo observar el hermoso lago que pasaba debajo y su bella vegetación, el reflejo de si mismo le dio asco, como siempre indefenso y débil, más gotas por su rostro. No dejó de llorar, sus lágrimas se intensificaron cayendo por su mentón hasta tocar las aguas, ese lugar era precioso y horrible al mismo tiempo, no era el cómo lucía, eran las memorias que le recordaban, aquellas emociones que vivió algún día dejaban un sabor agridulce en su paladar.

Zenitsu a diferencia de otros era sensible, demasiado sensible, de pequeño fue tratado con un psicólogo porque ciertos comportamientos no eran comunes para alguien de su edad, le costaba adaptarse, se desconcentraba fácilmente y situaciones comunes las vivía de una forma pasionalmente hiriente, cualquier palabra era tomada de manera personal intensificando el aislamiento y bullying, nadie lo apreciaba, a excepción de su abuelo, quien lo cuidaba siempre y le recordaba lo valioso que era; lo amaba demasiado, era una de las personas que le recordaba que debía apreciarse y aunque habían veces que era demasiado duro, su autoestima había mejorado.

Aquel puente era el lugar de sus lágrimas y risas, muchas veces se derrumbó por el odio y malas palabras que recibía de su clase, a sus 7 años llegó con un hematoma en su ojo izquierdo, su abuelo tuvo que hacerse cargo e inició su transferencia de escuela, ese fue un duro momento para el pequeño, quien escapó de su casa y se detuvo en aquel puente a llorarle a las carpas, pidiéndoles por favor que lo volvieran uno más así sería feliz nadando y no tendría que sufrir aquel cambio; afirmando que preferiría ser golpeado a tener que conocer a nueva gente, porque sabía lo que significaría, sufriría lo mismo, no habría diferencia.

𝓗𝓪𝓷𝓪𝓱𝓪𝓴𝓲 ; 𝒯𝒶𝓃𝓏𝑒𝓃 (ᴋɪᴍᴇᴛꜱᴜ ɴᴏ ʏᴀɪʙᴀ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora