Capítulo 8

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Maratón 2/3

Sonreí, ella no quería que me fuera. La apreté más contra mi pecho

-Tu hermano ahora vendrá a ver que me pasó, lo sé
-No me importa mi hermano ahora mismo.
-Sabes que pronto tendrás que arreglas todos tus problemas con él, pequeña.
-No hablemos de él, me enferma. ¿Todavía cantas, Peter?
-Sí, incluso he escrito bastantes canciones.- Ella sonrió.
-¿En serio? ¿Me las podrías mostrar algún día?.-Dijo emocionada. Si supiera que las  escribo para ella...
-Claro que sí.-Dije dudoso.
-¿Lali?.-Dijo Gas desde afuera.
-Espera, yo resuelvo esto.- Me separé de ella y fui a abrir la puerta.
-¿Qué mierda estas haciendo aquí, Peter? O Mariana, ¿ahora es una rutina meter a chicos a tu habitación?.-Dijo mirándola. No voy a dejar que le hable así.
-Allá abajo estabas diciendo lo muy imbécil que has sido con ella. ¡Y mira! Lo sigues siendo. ¿Cómo le puedes hablar así? Controla tus malditos impulsos.- Él bajó la mirada y le pegó a la pared antes de salir y cerrar la puerta de un portazo.
-Él tiene que aprender a controlarse.-Dije mientras me sentaba a su lado.
-Supongo...-La abracé.
-Nada de lo que dice es verdad.-Dije dándole un beso en la cabeza.
-Gracias, Peter.
-¿Por qué?
-Por escucharme y comprenderme.
-Siempre que necesites a alguien puedes buscarme.-Ella sonrió. Verla sonriendo me hace sentir tan completo.

Lali

Después de que Peter se fue, lo primero que hice fue llamar a Euge y contarle. Ella no dejó de decir lo hermosa que había sido conmigo y yo estaba de acuerdo con eso.

Me bañé y me cambié para dirigirme a la escuela. ¡Quería verlo! Sí, eso quería. Ignoré a mi hermano por completo que me llamó varias veces desde la cocina y empecé mi camino hacia la escuela. Minutos después llegué y me acerqué a mi amiga que estaba en la salida esperándome.

-Amiga, ¡hoy saldré con Nico. -Dijo abrazándome feliz.
-Sí, ya lo sé. Ayer me lo dijiste como, ¿mil veces?.-Dije riendo.

Entramos a la escuela y empezamos a guardar nuestros libros. Los pasillos estaban llenos, como todos los días. Unos se besaban, otros hablaban y otros estudiaban.

A lo lejos pude ver a un chico alto, cabello rubio y ojos verdes que me pareció bastante conocido.

-¿Ese no es Max?.-Dijo mi amiga mirándolo. ¡Cómo olvidarlo! Max, uno de los enemigos más grandes de mi hermano y sus amigos. El año pasado se había ido a New York con su madre, pero al arecer volvió y se quedará. Sólo espero que no tengan  problemas como alguna vez los tuvieron. En especial Peter, que a veces puede ser muy agresivo.

Hablando de Peter, venía caminando e ignoró a Max y todas las personas que tenía a su alrededor, siguió caminando y me miró. Sonrió y se acerco a mí.

-Buenos días pequeña
-Buenos días Peter.- Dije sonriendo. Ya me imagino como estarían mis mejillas de rojas.
-Ay amiga, no puedes estar más enamorada.
-¡Mira quien habla!.-Dije riendo.

Pronto sonó el timbre. Hora de empezar las clases.

Después de varías horas de aburridas e infernales clases, ya nos encontrábamos en la hora del almuerzo. Estaba sentada en una mesa con Euge mientras miraba a Peter y él una que otra vez me regalaba una sonrisa, yo se la devolvía. Aunque Luna estaba con él a su lado. Pero no debería hacerme ilusiones, yo para él sólo soy la hermana de su mejor amigo. Nada más.

Max entró con unas cuantas chicas a su lado, todos se fijaron en él.

-Todas parecen idiotas detrás de él.-Dijo mi amiga mientras comía.
-Lo sé. Espérame, Botaré esto.-Cogí mi bandeja y me levanté. Cuando la boté, sentí una mano en mi hombro y voltee.
-Lali, sigues siendo la misma chica hermosa de siempre.-Dijo Max sonriéndome

ERES MÍA, PEQUEÑADonde viven las historias. Descúbrelo ahora