Capítulo 20

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-Vámonos de aquí. -Dije sin aliento, por primera vez en mucho tiempo me siento feliz, y todo por ella.

-¿Dónde? -Dijo Lali mientras ordenaba su cabello. Ella es tan hermosa
-Donde sea, sólo quiero estar contigo. Pero, saldré yo primero, pueda que tu hermano nos vea. Te espero, pequeña. -Dije dándole un pequeño beso en los labios y saliendo.

Me siento tan jodidamente completo. Después de tanto tiempo.. ¿Es que acaso esto es real? Caminaba por en medio de toda esta gente, con una sonrisa en la cara. ¿A quién engaño? Después de todo lo que he pasado... Ella siempre ha sido mi problema favorito. Alguien me saco de mis pensamientos.

-Peter... -Dijo una chica abrazándome y luego dándome un beso en la mejilla.
-Oh, Hola. -le dije a Luna. Dios, ¿Cómo decirle que me deje la maldita vida en paz sin ser grosero?.
-Ven, vamos a bailar.
-No, no puedo. -Dije soltándome de su agarre. Empecé a caminar lejos de ella, sentía que me llamaba, pero la ignoré. En mi mente solo estaba Lali.

Entré a mi auto y la esperé. Minutos después apareció ella con ese hermoso vestido rojo y con esa sonrisa que tanto me encanta.

-Dios, ¡hay muchas personas ahí! -Dijo y yo reí.
-¿Dónde quieres ir?
-No lo sé. O bueno, sí. Vamos a tu lugar favorito, ¡prometo no quedarme dormida esta vez!
-Tus deseos son ordenes. -Dije sonriéndole.

En el camino no pude evitar voltear un par de veces para verla. Ella me miraba y sonreía nerviosa.

Después ella encendió la radio y junk of the heart the kooks sonaba. Los dos empezamos a cantar la canción a todo pulmón.

-Llegamos. -Dije saliendo del auto y abriendo su puerta. Esto sólo lo hacía con mi madre.

Ella salió con una sonrisa en la cara y de la mano entramos a la casa. Ella apenas entró, se quitó los tacones que llevaba. Con los tacones o sin ellos, ella siempre se va a ver pequeña, mi pequeña.

-¿Tienes hambre?
-Sí -Dijo ella mientras se sentaba en el sofá.

Busque el teléfono y pedí una pizza. Espero no demore, porque yo también muero de hambre. Me senté en el sofá al lado de ella.

-Juguemos a 20 preguntas. -Oh Dios, ¿Qué le dire de mi asquerosa visa?
-Empiezo yo. -Dije aprovechándome de la situación. Ella asintió.
-¿Qué pasa con Max? -Ella suspiró
-No sé como pude estar con él. Digo, no tuvimos nada serio, pero... Él es un imbécil. No sabes como me arrepiento de alguna vez haber salido con él.
-¿Pero entonces por qué decidiste salir con él? ¿Te gusta?
-Es sólo una pregunta Peter y es mi turno. -Suspiré.
-¿A que edad iniciaste tu vida sexual?
-Creo que a los 14, o a los 13. No lo recuerdo. -Dije y ella se sorprendió- Fuiste tú la que hizo la pregunta. -Ella rio-
-Si, lo sé.
-¿Te gusta Max?
-Oh no, para nada. Nunca me gustó.
-¿Por qué me besaste ese día? -Dijo ella, podía notar lo nerviosa que estaba.
-Porque quería, me gustabas. ¿y sabes? desde ese momento lo mucho que he deseado tus labios.

Ella tomó la iniciativa y se acercó a mi para darme un beso. Sus manos se perdieron en mi cabello y las mías en su cintura, luego nos separamos por falta de aire.

-No sabes lo duro para mi que fue verte con diferentes chicas todo este tiempo.
-Pensé que cualquier chica me haría olvidarte. Nunca lo conseguó.
-Eso fue exactamente lo que hice con Max, tampoco funcionó. -Yo sonreí.
-Te quiero, ¿lo sabias?
-Yo te quiero mucho más. -No lo creo, ella no tiene idea de lo mucho que la quiero. Todo, absolutamente todo, de ella me encanta. Estoy enamorado incluso de sus defectos.

El timbre nos interrumpió.

-Yo abro. -Dijo ella mientras se dirigía a la puerta y yo buscaba el dinero.
-Preciosa, son xx. ¿Estás sola? -Escuché decir a ese imbécil que trajo la pizza.

Me acerqué a ellos y abracé a Lali por detrás dándole un beso en la mejilla.

-No, no lo está. ¿Por qué? ¿Algún problema? -Él me entregó la pizza y respondió nervioso.
-No.
-Muy bien, no me gustan los problemas, ¿sabes?
-A mi tampoco... -Dijo dando una vuelta y se fue lo más rápido que pudo.

Voltee a ver a Lali y los dos estábamos soltando carcajadas.

-Creo que le tendré que dejar claro a muchos que eres MI pequeña. -Ella sonrió y me abrazó.
-Tuya. -Esas palabras me dejaron sin aliento. Mi corazón latía con tanta fuerza que sentía que podía salir cualquier momento. Me acerqué a ella y le di un beso. Luego la agarre de la mano y nos dirigimos a la cocina donde comeríamos. Risas, besos, abrazos, películas, una sabana, un sofá, palomitas de maíz, confesiones.

Con eso se resume mi perfecta noche. y finalmente, una Lali, dormida en mi pecho.

Este capítulo sería parte del maratón, pero como me equivoqué lo subiré antes!♥️

ERES MÍA, PEQUEÑADonde viven las historias. Descúbrelo ahora