6.
-¡Aléjate de mí!- Desperté de golpe entre las sábanas de mi cama. En la habitación rodeada de paredes cian.
Seguía en pánico y mi cabeza se sentía apretada. Intenté salir corriendo, pero al tocar la alfombra afelpada que cubría el piso, mis piernas se negaron a responder. Caí sin fuerzas.
-…Cálmate, Charlott sólo cálmate, ahora estás bien así que mantén la calma.- Ahí estaba él sujetándome de los hombros, intentando tranquilizarme.
No me di cuenta al despertar, pero Zoe y Rosell estuvieron ahí desde el principio. Cuidaron de mí, y ahora seguramente estarían muy preocupados.
-Lo siento, en verdad.- Zoe frotaba mi espalda muy despacio en círculos, intentando calmar la velocidad de mí agitada respiración.
Una pequeña punzada de dolor me hizo llevarme una mano a la cabeza. Tenía una gran venda enrollada alrededor de la frente. Al tocarla mi piel emitía un potente ardor y podía sentirla palpitar desde dentro.
Volteé hacia ambos.
-¿Qué me pasó?- Pregunté.
Los otros dos se sorprendieron ante mi cuestión. No fue por su contenido, sino por el hecho de preguntar algo, o mejor dicho: hablar.
Sonrieron en sincronía.
-Vaya, parece que lo único bueno de esto es que el gato le regurgitó su lengua.- Dijo Zoe al aire en tono irónico, después se volvió hacia mí. -¿Hasta dónde recuerdas?-
Me quedé pensativa unos momentos.
-Lo último que recuerdo fue que mi cabeza dolía, pero aunque todo se veía realmente borroso, pude ver que ella salió corriendo.- Señalé a Zoe.
Mi voz se oía ronca y carrasposa por todo el tiempo que la tuve en desuso.
-Perdón por eso, no sabía qué hacer así que fui a buscar a este tipo.- al mencionarlo tenía la mirada clavada en el piso. –Cuando llegamos estabas inconsciente en un rincón, todo estaba lleno de sangre… pensamos lo peor.-
Por la preocupación empuñó su fleco echándolo hacia atrás, descubriendo su rostro. Fue grande mi sorpresa al saber que bajo aquel gran mechón de cabello, se encontraba una horrible cicatriz que atravesaba gran parte del lado izquierdo de su cara. El ojo que se encontraba de igual manera oculto, tenía una apariencia cristalizada bastante opaca parecida a como se vería un ojo hecho de vidrio.
El cabello volvió a su lugar en cuanto ella lo soltó para dejarlo caer, cubriendo el lado muy poco agradable de su ser. Sin notarlo me había quedado embobada mirando fijamente su mitad deformada, con una mueca de disgusto plasmada en mi cara cara. Zoe se había dado cuenta antes de darme tiempo para disimularlo, pero no mostró signos de molestarse en lo absoluto.
-Ah, ¿Esto?- Señaló su rostro por sobre el flequillo. –Es una larga historia, después te cuento.-
Rosell captó la atención de las dos.
-Ustedes ¿Podrían decirme exactamente qué pasó? ¿Cómo es que llegó a estar inconsciente y con la cabeza hecha un charco de sangre, a unas pocas horas de haberlas dejado solas?- Se dirigió a la pelirroja. -¡¿Qué rayos le hiciste?!- Gritó algo exaltado.
-…No le hice nada… por lo menos no fue mi intención.- Balbuceó.
-Ella sólo intentaba ayudarme.- Intervine antes de que alguien dijera algo más. –Lo demás no debía suceder.-
Pareció que la situación se había calmado un poco, pues después de lo que dije Zoe se quedó callada y Rosell sólo suspiró tomando asiento en la orilla de mi cama.

ESTÁS LEYENDO
151
Ficção Adolescente"Recuerda" la ha estado atormentando desde que esos pequeños fragmentos volvieron a ella. Después de haber perdido lo único importante que la mantenía con vida, se perdió a sí misma. Lo único que quería era recuperarlo, remendar lo hecho. Pero había...