Taeyong
Taeyong:
Viajé en primera clase mientras mi cabeza reproducía resúmenes de mi miserable vida como si fueran los trailers de una película, tal era mi adicción al trabajo:
Lee Taeyong lo tenía todo; el dinero, el rostro, la clase... ¡Descubra qué cosa le hacía falta!
Tomé un taxi desde el aeropuerto y no me fijé en el camino porque me dormí casi de inmediato, la voz del chofer me sacó de mi ensoñación cuando me indicó que no podía acercarme más a la dirección que le di, la calle era estrecha y estaba llena de nieve por donde se mirara, dijo que si entraba no podría salir e insistí para que lo intentara, pero me vi muy pronto en la calle con mis dos enormes maletas las cuales tuve que arrastrar camino dentro durante quinientos metros e incluso me resbalé y caí un par de veces. Maldición.
La cabaña era... acogedora, eso no podía negarlo. Tan acogedora como un nido de pájaros, y también con un tamaño similar, tuve que luchar un buen rato para que el armario soportara sin explotar el contenido de mis maletas y, cuando al fin me instalé ahí, me pregunté ¿ahora qué? ¿qué se suponía que haría en todo ese tiempo para no volverme loco pensando en el estúpido de Ten e imaginándolo follándose a Mark?
Conduje en el auto de Doyoung hasta el supermercado, sin embargo, yo aprendí a hacerlo con vehículos automáticos y aquel era manual. Se me apagó unas tres veces en el camino y me costó como el infierno subir por las calles nevadas. Cuando al fin llegué al centro comercial sin matarme a mí o a cualquiera, lo único que deseaba era un trago. Mandé todo a la mierda y pagué con mi tarjeta bancaria una surtida dotación de chocolates, galletas, pasteles, quesos y licores. La cajera incluso me despidió deseándome una buena fiesta. «Por supuesto que sí», le dije.
Parte de la noche me lancé a la cama a engullir lo que había comprado mientras el perrito de Doyoung al que yo también debía cuidar, me juzgaba sin ladrar. Me alegré cuando vi en la televisión el anuncio que había hecho para la película navideña que intentábamos promocionar. La verdad, me había quedado estupendo. Luego, el frío me obligó a moverme y bajar a encender la chimenea. Revisé los libros de Doyoung, canté y bailé por toda la casa, me acabé la botella de vino.
Durante la noche siguiente me estaba costando mucho conciliar el sueño incluso si usaba el antifaz con forma de gato, parecía no estar funcionando. Conté ovejas y me obligué a mí mismo a dejar de pensar en mi empleo, aunque noté que la incomodidad a la hora de respirar aún seguía acompañándome, después de todo ni siquiera fuera del país y en medio de la nada pude llorar. Entonces, un golpe fuerte me sobresaltó, parecía que alguien estaba enloqueciendo en la puerta, incluso el perrito empezó a ladrar.
—¿Quién es? —pregunté temeroso desde la escalera.
—¡Apresúrate! —dijo— Me estoy helando.
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El intercambio [Fanfiction NCT- JaeYong/JohnDo]
Fiksi PenggemarLee Taeyong, un joven surcoreano residente en la isla Jeju, posee una próspera agencia de publicidad especializada en trailers de películas, acaba de romper con su novio Ten. Por su parte, Kim Doyoung, el surcoreano redactor de la popular columna de...