𝟬𝟲.

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The hour of departure has arrived, and we go our separate ways, I to die, and you to live. Which of these two is better only God knows.

—Sócrates

𝟬𝟲.

El Arca, cuatro años atrás.

—Riley. Despierta Riley.

Sentí cómo fuertes sacudidos me devolvían a la conciencia.

—¿Mamá? ¿Qué sucede?

Mis ojos apenas estaban abiertos, mi mente aún dormida por el sueño que me había interrumpido, sin embargo la desesperación en su voz hizo que el miedo me inundara.

—Vamos de prisa, debes irte de aquí—frenéticamente comenzó a echar las mantas de mi cama a un lado, tirando de mi brazo para que la siguiera.

—¿Qué? ¿A dónde? ¿Qué sucede?

Finalmente una vez abandonado mi cuarto, la luz del resto de la casa llegó a mis ojos, provocando que desviara mi mirada a la decena de archivos de casos clínicos destrozados sobre la mesa. Mis pies se clavaron en el lugar, mi mente hecha un caos de incertidumbre.

—Rye, mi dulce estrellita—su voz temblaba mientras lagrimas se escurrían por sus mejillas. Sus manos se cerraron en las mías haciendo que mi mirada se enfocara solo en ella—. Necesito que me escuches y hagas todo lo que yo te diga, ¿sí?

—P-Pero no entiendo, ¿Qué sucede? ¿Te encuentras bien?

—Necesito que me prometas que no importa lo que suceda tú harás lo que yo diga—un sollozo escapó de su garganta—. Por favor.

—De acuerdo, sí, lo prometo. Ahora dime qué sucede, me estas asustando.

Una de sus manos soltó la mía para acariciar mi rostro.

—En unos minutos, tu tía Lily vendrá por ti, permanecerás con ella hasta que todo esto se arregle.

—No. No, no iré con ella. No te dejare sola, cualquier cosa que debas hacer, yo estaré contigo. ¿Es sobre tu investigación? P-puedo ayudarte, encontraremos una solución.

—Riley...

—No, no puedes pedirme eso.

—Necesito hacer esto sola Rye, más te doy mi palabra que todo estará bien. Volveremos a estar juntas en poco tiempo, ya veras.

—Mamá—mi visión comenzó a nublarse, lagrimas llenando rápidamente mis ojos.

Se oyó un leve golpe en la puerta, y por la expresión de mi madre sabía que la persona aguardando detrás de ella era mi tía. Una sonrisa aguada se formó en sus labios. Sus manos soltaron las mías para llevárselas a su cuello, desenganchando su colgante para luego depositarlo en mi mano.

—Para que siempre encuentres tu camino. Mientras tengas esto contigo, jamás estarás sola.

—No quiero irme—mis brazos la rodearon enterrando mi rostro en su pecho.

𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐨𝐝𝐢𝐬𝐞𝐚 || Bellamy BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora