𝟬𝟵.

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"Everybody has a chapter they don't read out loud."
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𝟬𝟵.

Los días se fundieron en noches, el tiempo fue pasando, los jóvenes que restábamos continuábamos familiarizándonos con el planeta, sobreviviendo a él. Al pasar dos días, el altercado con Murphy había quedado atrás, los moretones en el cuerpo y las imágenes grabadas en la memoria siendo lo único que perduraba. Monty había fallado en su intento de restablecer la comunicación con el Arca, un cortocircuito quemando todos los brazaletes, anulándolos completamente. Sin embargo, eso no había sido lo más inoportuno aquella noche.

La confesión de Bellamy aún rondaba por mi mente, múltiples inquietudes consumiéndome, más este parecía desvanecerse en el aire cada vez que hacía ademán de iniciar una conversación. De hecho, durante estos dos días, apenas si lo había visto en el campamento, haciendo contacto visual en escasas ocasiones. Bellamy siempre siendo el que lo rompía para luego desaparecer en su tienda o en el bosque. Ignorando la desconocida sensación que eso me provocaba, pasaba mi tiempo en la nave de embarque ayudando a Clarke con las distintas plantas curativas que había logrado conseguir. El rencor hacia ella por lo ocurrido había cedido, cada uno de nosotros había cometido errores aquel día, y aún así Grffin había perdido más que todos.

—¡Clarke! ¿Tienes idea d-

Me hallaba de espaldas a la entrada de la nave, más bien era capaz de reconocer su voz. Volteandome, su expresión desconcertante denotaba claramente que mi presencia había sido la causante de que se detuviera a mitad de oración.

—No está aquí, así que si quieres puedes desaparecer y fingiré que no te he visto—. musité volviendo mi atención a los ungüentos que estaba organizando.

No acababa de comprender por qué su indiferencia me molestaba tanto. Por qué después de todo lo que había sucedido mi mayor preocupación era el hecho de que Bellamy Blake pareciera estar evitándome a toda costa. Quizás era mera compasión, luego de su confesión, una parte de mí quería simplemente asegurarse de que se hallara bien. Aunque temía que eso no era todo.

—¿Qué?¿De qué hablas?

Soltando una risotada, acabé con lo que estaba haciendo y me dispuse a abandonar la habitación.

—El campamento es muy chico para evitar a alguien de por vida, ¿no crees?

Sintiendo las paredes metálicas achicarse con cada segundo que pasaba a su lado, me apuré en dar los últimos pasos hacia afuera cuando su mano se cerró en mi muñeca, devolviendo mi mirada hacia él. Mi ceño fruncido solo reflejaba el suyo. Sus ojos lentamente se desviaron de los míos, cayendo en mis labios. Pronto era incapaz de moverme, completamente estupefacta, mi mirada analizando frenéticamente su rostro, intentando descifrar qué estaba ocurriendo.

𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐨𝐝𝐢𝐬𝐞𝐚 || Bellamy BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora