Capítulo 17

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Mnghhg…-. “¿Dónde estoy?” no lograba ajustar mi visión ante los rayos que caían sobre mi rostro, coloque el brazo tapándolo, las imágenes de su rostro cubierto por esos mechones oscuros y la mirada rubí consumiéndome “¡Maldición!” me acosté con Bakugou.- ¡Hahhh!
 
Me incorporé sobre el filo de la cama dispuesto a irme lo antes posible, fue solo un desliz… un momento de debilidad lo que me había provocado “¿Dónde diablos estaba mi uniforme de combate?” lo único que había eran unas prendas sobre la mesilla de noche “¿Esta camiseta es mía? pensé que la había perdido” me la coloqué junto a los calzoncillos… “¿No hay un pantalón o short?
 
¡¿Dónde carajos dejaste mi traje?!-. Reclamé molesto acercándome a la isla de la cocina, reconocía el lugar era nuestro viejo departamento aun con algunos cambios “¿Porque el color de las paredes en la sala era menta?, ¿Cuándo compró esa decoración?, ¡¿Cómo mierda consiguió esa colección especial de aniversario de All Might?!”
 
¡Buenos días Deku!-. Sonrió ladino. Sus ojos simplemente eran encantadores. Podía perderme en ellos cada noche de mi vida.- Veo que te han gustado los cambios en este sitio-. Señaló con la espátula la colección de All Might que veía embobado.
 
Tsk-. Chasque la lengua y sonrojado giré mi vista.- ¿Dónde está mi traje?
 
Si te refieres a ese inservible intento de ropa, mmmmm en la basura-. Volvió a poner atención sobre el platillo.- ¿Quieres huevos revueltos?, ¿Uno o dos?
 
¡¿Hah?!, ¿Qué carajos hiciste con mi ropa?-. Gruñí, cosa que no le sorprendió.
 
¿Uno o dos?-. Alzó la ceja expectante, bufé molesto y le mostré dos dedos. Este infeliz no me va a dejar ir tan fácilmente.- ¡Bien! Podrías servir un poco de jugo en aquellos vasos, creí que esta comida te haría bien antes de querer correr por toda la maldita ciudad como idiota persiguiendo imbéciles.
 
Mnmm-. Me dispuse a llenar los vasos; de reojo observaba mejor su figura, la espalda ancha desnuda donde pequeñas marcas rojizas descansaban.
 
¿Te gustan mis nuevos tatuajes?-. Dijo alegre sin girar a verme. Conocía ese tono de victoria en su voz y sentí los colores subir exorbitantes por mi piel.- El tatuador fue muy bueno en su labor, casi como algo poético.
 
Imbécil…-. Murmuré derramando jugo sobre la isla en la cocina.-¡¡Hahh!!-. "¡Que torpe eres Izuku!" Me reprendí mentalmente.
 
Tan inútil como siempre Deku-. Rió acercando los platos con comida y una toalla para limpiar el desastre. Era tan nostálgico estar en esa casa, en dicha posición, junto a él.
 
Ambos tomamos el banquillo próximo para sentarnos, dolía con un demonio, su maldita risilla de complicidad fue evidente provocándome un calor en las mejillas teñidas de escarlata peor que anteriormente. El silencio invadió rápidamente el ambiente, no había un tema de conversación específico que me sintiera cómodo de tocar con todo lo ocurrido entre nosotros.
 
¿Qué hora es?-. Solté para iniciar con algo.
 
¿Hasta en eso te volviste idiota?-. Rió, buscaba sacarme de mis casillas y sin duda lo lograría ateniéndose a las consecuencias.- Perdona, simplemente no lo resistí. Son cerca de las 8 a.m. ¡vaya que duermes nerd!
 
Mira quien lo dice Bakugou-. Sonreí recordando cómo me tomaba de la cintura cada mañana de sus pocos días libres para evitarme salir a patrullar.
 
¡Ja! Jodete, aun así seguiré siendo mejor que tú-. Reí sin vergüenza ante su comentario desencajándolo en el proceso, G. Zero no esperaría que yo me burlara de él y menos en su cara. Pero, en este momento no era un héroe, solo se trataba de Bakugou.- Bueno, la razón por la cual intentabas escalar a toda costa hasta volverte el número uno en el ranking fui yo en primer lugar-. Bebí tranquilo con la sonrisa dibujándose en mi a la par de su ceño fruncido "Igual a Mirio" pensé.
 
¡¿Hah?!-. Chasqueó la lengua sonrojándose un poco en el proceso. Amaba esos gestos que solo eran para mí y que guardaba con recelo de otros. Sin embargo, debería enfrentar todo de una vez.
 
¿Por qué no intentaste quitarme a Mirio?-. Escupió a un lado el jugo con el cual casi se atraganta por mi asertiva pregunta.
 
¡¿Qué mierda dices?!-. Gruñó, pestañee un par de veces sorprendido. Mi mayor temor era que si lo encontraba, buscaría la manera de arrebatármelo, por eso Mirio se encontraba con mi madre e igualmente Every debería cuidarlo si algo me llegaba a ocurrir.
 
¿Entonces tu no…-. Comencé mi argumento.
 
¡¡No!!-. Dio un golpe sobre la mesa acribillándome con su vista.- ¡Jamás alejaría a Mirio de ti!, ¡¿Quién mierda me crees para eso?!
 
¡¿Como que quien?! ¡¿Acaso todo esto no es en parte tu culpa?! ¡Tienes la maldita idea de lo mucho que me dolió saberte comprometido con Jir…
 
No lo recordaba...Bakugou y Jirou, ellos…
 
Ella y yo rompimos esa farsa-. Esclareció el asunto.- Jamás pude tocarla, aunque lo hubiese deseado...mi cuerpo simplemente no sentía el calor o las caricias que el tuyo le daba…-. Su mirada quedó cubierta por la sombra de esos mechones cenizos que adoraba acomodar cada mañana.
 
Mngh-. No hice esperar el carraspeo de mi garganta. Quería que todo quedara dicho entre nosotros, irme de Japón ya no era opción viable si él estaba cerca. Además...a pesar de todo el cariño seguía latente.
 
Iz...izuku…-. Llamó, le observé perderse en la ventana y la cabellera le brillaba con intensidad como si de oro se tratase al entrar la luz solar.- ¡Te amo!...lo dije ayer y lo repito ¡Te amo Izuku Midoriya! A pesar de todo los errores...me arrepiento de no haberte perseguido, de ir por ti hasta el otro lado del mundo para estar a tu lado evitando cuidarte, apoyarte y protegerte cuando esperabas a Mirio, sé que nada repara el daño de la depresión por la cual pasaste gracias a mi estupidez, lo único que te pido es que ni te vayas de mi lado…
 
Coloque la mano entre ambos para que me permitiera procesar todo ese discurso tan repentino, dejó su asiento viniendo a caer tendido de rodillas con sus manos apretando mis brazos y la cara escondida en el regazo "Cómo un niño pequeño" una faceta que el orgulloso Katsuki Bakugou nunca me mostró.
 
¡¡Por favor!! ¡¡Por favor, no te vayas de mi lado!! ¡¡No alejes a Mirio de mí, los amo a los dos demasiado como para perderlos!!-. Sollozó. A pesar de estar suplicando no me dejaría ver su rostro por la vergüenza. El corazón se me enterneció ante tal acto, al final yo también fui un tipo estúpido e inmaduro que busco a toda prisa escapar...bueno, tampoco era como que supiera de Mirio...
 
Bakugou-. Sólo escuchaba su llanto. Toqué su hombro despacio y suavemente le volví a llamar. Pude ver su rostro sonrojado al igual que sus ojos por el llanto que aún salía a borbotones, tenía un poco de mucosidad comenzando a escurrir al. Me causó tanta gracia verlo en ese estado.- Toma, eres un desastre Kacchan-. Le entregué una de las servilletas de tela acomodadas cuidadosamente sobre la isla. Sus ojos cristalinos  me observaron con sorpresa y dándose prisa se limpió.
 
Katsuki-. Decidí continuar con mi discurso, tendría que escucharme o eso esperaba.- Yo jamás podré alejar a Mirio de ti, eres su padre y por lo que veo llevan bastante interactuando como para simplemente cortar la relación de tajo, no hay un motivo...aunque me cuesta admitirlo a él le haces falta, no lo he criado lo suficientemente bien para…
 
¡¿De qué hablas?! Mirio ha sido criado de manera excelente, aun con tantas limitaciones por tu profesión...le has enseñado bien, es un pequeño increíble, su sonrisa podría simplemente doblegar a cualquiera y su esencia es como una luz inmensa-. Tomó mis manos y las besó con delicadeza.- Izuku, has hecho un buen trabajo, te adora...adora a los héroes tanto o más que tú, se parecen tanto…
 
Si y tiene un carácter del demonio como tú-. Reí recordando cuánto odiaba las cosas dulces.
 
¡¿Hah?! Qué si tiene tus mismos ojos que hipnotizan a cualquiera y tu odioso cabello rebelde-. Gruñó alegremente.
 
Pero ese color rubio tan característico de ti y creeme que molesto hace los mismos gestos-. ¿En qué momento nuestra conversación cambió?.- Katsuki, dije que no alejaría a Mirio de ti...pero lo tuyo y mío es distinto. Las heridas no pueden sanar así de fácil, ni ocultarse con simple maquillaje...están ahí, ahora solo debo dejarlas cicatrizar...debemos.
 
Seriedad. Eso definía su mirada atenta. Seguro pensaba en mi relación con Eijirou, no lo culpaba.
 
Terminaré con Eijirou, pero eso no quiere decir que vendré corriendo a tus brazos en cuanto pase-. Agarré los platos y cubiertos para dirigirme al fregadero dejándolo perplejo.- Primero detendré a Kai, después podré sanar...mi prioridad ahora son Katsuma y Mahoro.
 
Escuché el chasqueo de lengua que dio mientras abría el grifo, tenía que entender mi posición. Habíamos cometido demasiados errores como para darles un puntapié y hacer que nada pasó en este tiempo. Fue directo a otra habitación del lugar y busqué mi teléfono para poder contactar con alguno de los chicos, quería saber de mi pequeño niño.
 
Un tono, dos tonos, tres tonos y el buzón de voz me recibió. "¿Qué extraño?" volví a marcar y la secuencia se repitió haciéndome sudar frío.
 
Llamaré a mi madre-. Susurré. Bakugou seguía sin aparecer por la cocina. Sin contestar, los nervios comenzaban a provocar que ideas saltaran despavoridas por la mente.
 
¡¡Bakugou!!-. Grité y él volvió corriendo para entregarme el traje de héroe. Había desteñido su cabello al rubio cenizo quién sabe dios de qué forma.
 
Hay un problema-. Soltó molesto.-¡¡Muévete!!

Te daré lo mejor: aunque sea lo equivocado [FINALIZADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora