Shadowhunters: El principio del final

Capítulo 25

¿Quieren que empiece a dedicar capítulos? Si es así, a la primera que lo pida la etiqueto en el próximo.

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Clary Fairchild

Jace me condujo hasta una habitación, que estaba cruzando la gran cocina, era un cuarto de aseo. Lo supe porque al entrar había muchos artículos de limpieza, me preguntaba en si esto ya estaba aquí desde antes o lo había pedido Jace estos días.

-Bien, tú te encargas de la cocina y yo del comedor, luego iremos viendo -dijo mientras me daba unos trapos y líquidos.

-¿Dormiremos en la suciedad? -pregunté.

Él rió y se tardó unos segundos en contestar.

-Si quieres puedes ir a limpiar la habitación principal después de la cocina, hoy traerán algunos muebles como por ejemplo la cama.

-¡Oh! En donde vamos a practicar las mil y una acrobacias -sonreí.

Jace tardó mucho en comprender pero cuando finalmente lo hizo sonrió con picardía y me tomó de la cintura atrayendome a él.

-No puedo esperar hasta la noche -comenzó a besar mi cuello.

-Tendrás que aguantar -sonreí y caminé a la cocina.

-Mala -escuché que dijo a lo lejos.

Reí mientras comenzaba a limpiar los azulejos, Jace me imitó luego de un rato de estar tratando de seducirme con sus besos y toqueteos. Se rindió y fue a limpiar el comedor.
La cocina ya estaba casi completa, lo único que faltaba eran los muebles altos que claro, como no llegaba tuve que treparme sobre la mesada y agarrarme de aquellos muebles flotadores. Y de tan torpe que soy, mis manos se resbalaron debido al polvo de aquel y caí en un golpe duro al suelo.

-¡Mierda!

-¡CLARY! ¿Estás bien? -gritó Jace apareciendo por la entrada a la cocina y corrió a mí-. ¿Te lastimaste? -preguntó mientras me ayudaba a incorporarme.

-Si, tranquilo. Me he golpeado el codo y la rodilla -lo miré y acaricié mi pescuezo-. Y mi cabeza.

-¿En qué pensabas? -preguntó casi en un regaño mientras revisaba mi cuerpo.

-Quería limpiar el mueble pero como no llegaba me trepé en la mesada y caí.

-Pudiste haberte roto un hueso, o peor aún, pudiste haberte golpeado mal la cabeza, Clary. ¿Por qué no me llamaste?

-No me retes -dije cabizbaja.

-Te reto porque pudiste haberte hecho algo peor -dijo ayudándome a levantarme-. ¿Estás bien? ¿Quieres un iratze?

Quedé observandolo en silencio por unos segundos.

-¿Qué sucede? -preguntó.

-La runa que me hiciste en la habitación el otro día -respondí.

-¿Qué tiene?

-Ya no está.

-¿Estás bromeando, no? -negué con la cabeza y en seguida me levantó la camiseta dejando ver mi abdomen-. Es verdad, no está -suspiro y salió de la cocina.

-¿A dónde vas? -pregunté mientras iba tras de él.

-Le enviaré un mensaje a Magnus para que venga a revisarte -respondió mientras escribía algo en su teléfono.

-Ayudame a limpiar -dije abrazandolo por detrás mientras mi mano recorría su pecho.

-Luego. Necesito que venga.