Ocho

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Gulf estaba blanco, no podía creerlo pero los ojos, la boca, ese increíble olor, eran iguales a los del alfa que había esperado durante tantos años.

-Oh tu, t-tú eres aquel bailarín-balbuceó el alfa con asombro.

El omega asintió fervientemente y entre lágrimas de emoción sonrió pero su sonrisa se borró en el preciso momento que Steven gritó.

-¿Cariño pasa algo?.

-¿Cariño?, ¿Ese jovencito había llamado cariño al alfa?- se preguntó el moreno omega a sí mismo.

Entonces lo entendió y rápidamente se soltó del agarre del alfa y salió corriendo hacia su camerino, entonces Mew reaccionó y salió detrás de él.

Este estaba muy nervioso pues su alfa interior se removía dentro de él queriendo atrapar nuevamente al omega al cual entre sueños había deseado con fervor.

Nuevamente, volvió a estar frente a su puerta del hermoso omega bailarín como lo había hecho años atrás, entonces comenzó a golpearla para poder entrar pero ésta vez no se abrió.

De repente, el joven alfa que había visto en la Universidad se acercó caminando por el pasillo.

-Señor podría dejar de golpear la puerta y volver a su mesa- dijo Tharn mirándolo extraño.

-¿Chico tú trabajas aquí?, ¿Conoces a ese omega bailarín de la tarta?- preguntó Mew dándose cuenta de que el olor que percibió aquel día en aquel muchacho en realidad era el de este.

-Si claro que lo conozco, él es Gulf Kanawut el dueño y la estrella de este lugar...señor, vuelva a su sitio, por favor- rogó ya molesto.

Mew dominó su instinto y obedeció volviendo a la mesa, aunque siguió intranquilo el resto de la noche.

Por su parte, en el interior de su camerino, el omega lloraba desconsoladamente sobre su cama pues habían sido muchos años esperando a ese alfa pero resultaba ser de otro.

Este parecía estar muy feliz con el joven y hermoso omega que le había llamado cariño, entonces se dio cuenta de lo tonto que había sido, manteniendo el recuerdo de un amor imposible.

El omega sintió asco de sí mismo, se veía viejo, acabado y pensó que quizás por eso Mew nunca lo había buscado ya que le gustaban jóvenes.

La fiesta terminó y todos regresaron a casa, Tharn entonces hizo caja, ya que su padre siguió indispuesto y viendo que finalmente había habido buenas ganancias, las guardó en la caja fuerte.

Tocó a la puerta de su padre tras apagarlo todo pero este no contestó.

...-¡Papá ábreme!-habló alto nuevamente-....¡ya hemos cerramos el club!, ¿Podemos hablar?.

Tras unos minutos, la puerta por fin fue abierta y el joven alfa entró, viendo a su padre muy deprimido, el cual se volvía a tirar en la cama, oliendo a tristeza y apestando a desilusión.

-¿Qué te ocurre, padre?, jamás te había visto así- preguntó su hijo muy preocupado.

Gulf se incorporó mostrando su desencajado rostro y sentándose en la cama.

Gulf se incorporó mostrando su desencajado rostro y sentándose en la cama

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-No temas mi niño, esto se me pasará.... Soy fuerte y aunque la vida sólo parece que tenga reservado tristeza para mi, sabré reponerme de nuevo- dijo el omega intentando mostrar una sonrisa a su hijo.

-¿Por qué hablaba así?, ¿Es por ese alfa?, ¿Acaso lo conocías?

El omega asintió.

-Si... es alguien del pasado que ha vuelto pero no te preocupes no es importante.

-Está bien padre como tu digas... Me iré a descansar, buenas noches.

-Buenas noches hijo, te amo-dijo este volviendo a desplomarse en la cama.

(...)

Luego de llegar a casa Mew y Steven mantenían una fuerte discusión, ya que el alfa estaba muy molesto, tremendamente arisco pues sentía gran vacío en el pecho que lo ahogaba.

Tras una hora, el joven omega harto de sus malas contestaciones se fue y entonces Mew se dio una gran ducha, aunque no se relajó nada.

El volver a ver al omega bailarín, el cual lo había atormentado en sus sueños durante años, le había revuelto las entrañas y lo había hecho sentir muchas cosas.

Tras ese reencuentro, le inundaba la emoción, la alegría, pasión contenida, mucha admiración pero sobre todo nerviosismo.

Los recuerdos de aquel tórrido encuentro sexual volvieron a su mente una vez más en sus sueños, esa noche pero ahora eran claros, era como si hubiesen ocurrido tan solo hacía unas pocas horas.

Mew se acordó de todo, recordó el marcarle con sus fuertes colmillos, se acordó de todas las cópulas, los besos, las caricias, recordó llenarlo con su semilla y también recordó abandonarlo a la mañana siguiente para casarse con Josh.

Tras dormirse, éste se despertó de madrugada muy agitado y sudoroso, pensando que quizás si se hubiese quedado con Gulf aquella noche, todo en su vida habría sido realmente muy distinto.

Tras dormirse, éste se despertó de madrugada muy agitado y sudoroso, pensando que quizás si se hubiese quedado con Gulf aquella noche, todo en su vida habría sido realmente muy distinto

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19. El rey del deseo -Mewgulf -Omegaverse - Historia Corta - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora