Tres

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Mew corrió sin mirar atrás fuera del local, mientras sentía su cuerpo arder, entonces sus huesos y músculos le dolieron, su ropa comenzó a rasgarse, mientras su agitada respiración apenas lo dejaba coger aire.

Su mente estaba nublada y de repente cayó al suelo, donde comenzó a retorcerse por las extrañas e inesperadas sacudidas que su alfa interior le estaba dando.

Gulf se sintió tan furioso y frustrado por el acto tan repentino del alfa, ya que jamás nunca se había sentido tan vulnerable con un uno de ellos y mucho menos lo habían rechazado así.

Su público lo adulaba y lo animaba a seguir con su espectáculo, entonces este reaccionó al escuchar sus gritos y acabó su número, mientras veía a los amigos del alfa salir fuera del local.

-¡Venga cariño, muévete!, ¡siéntame  en la silla!, ¡yo te daré lo tuyo!—le gritó uno.

-¡Ven precioso!, ¡yo te follaré si ese estúpido no quiere!—chilló otro.

-¡Todos te follaremos!, ¡seguro que te has quedado con las ganas!- gruñó otro enloquecido por el cuerpo desnudo del omega, además de su dulce aroma.

Finalmente, este salió del escenario hacía su camerino, mientras su cuerpo estaba entrando en celo, le era muy extraño pues aún no le tocaba y además no estaba preparado, ya que no tenía a nadie escogido.

Fuera del injurioso local, Long y AA se encontraron a su amigo inconsciente en el suelo del aparcamiento, este  estaba distinto, era él aunque más grande e intimidante pues era un pura sangre.

-¡Mew!, ¿Qué te pasó?, ¡Ven, levántate, vamos a seguir divirtiéndonos!- gritó su moreno amigo.

De repente éste abrió sus ojos, los cuales se habían vuelto de un intenso color rojo.

- O-Oye amigo, ¿Estás bien?, ¿Por qué estabas tan diferente?- habló su otro amigo muy intimidado.

-¡Te-Tengo que i-irme!, ¡Creo que es mi ce-celo!, ¡Siento que me co-controla!—gruñó luchando contra su alfa interior—... ¡Josh no se me-merece esto!.

—Está bien amig...

AA no pudo terminar de hablar pues Mew soltó un gran rugido que lo hizo estremecer junto con su otro amigo y es que el interior del alfa del pura sangre lo desgarraba por el aumento de su deseo.

Este se incorporó y luchaba por no  correr de nuevo al local y buscar al jugoso omega bailarín y destrozarlo de placer.

—¡Te-Tengo que irme!, ¡te-tengo que ir con Josh!—gruñó de nuevo con una voz fuerte y profunda, mientras intentaba echar a andar.

Cuando ya estaba por subir al coche con sus amigos, el delicioso aroma de Gulf volvió a invadir sus fosas nasales, ya que este había regresado a su camerino y había abierto la ventana, con la intención de que le diese el aire y poder refrigerar su ardiente cuerpo.

Los ojos de Mew se volvieron entonces de un rojo todavía más brillante e intenso, sus manos le quemaron deseando tocar al omega y nuevamente soltó un fuerte rugido mientras miraba hacia el local.

—¡Oh joder!, ¡Entra amigo, resiste!—Le gritó AA.

—¡Contrólate amigo, mañana te casas! ¡Subete!....¡Larguemonos!

Mew los miró y sonrió con extraña lascivia.

—¡Omega!, ¡Mío!

— ¡No Mew, vuelve!—gritó entonces Long al verlo echar a correr—¡Regresa!, ¡Regresa!.

El alfa dio enormes zancadas hacía el depravado local sin mirar atrás y sin escuchar los gritos de sus asustados amigos, los cuales jamás lo habían visto así.

En su camerino, el omega peinaba su cabello, desnudo y sentado en su tocador, intentando reponerse del momento vivido.

De pronto escuchó el rugido de un alfa tras la puerta, entonces se estremeció y sin más sintió su entrada lubricarse de nuevo, mojando toda la silla y el suelo.

Su puerta fue golpeada con brutalidad pero a pesar del deseo, este estaba muerto de miedo y eso le impedía abrir.

Este se acercó y entonces reconoció el atrayente olor del hermoso alfa, el cual entró por debajo de su puerta y lo invadió por completo.

De repente Gulf perdió el poder sobre sí mismo, por lo que sin demora, se apresuró a sacar los cerrojos y abrir la puerta, gimoteando por ser follado.

El alfa estaba fuera de sí, ya no parecía el tímido alfa del escenario, ahora era más grande, más fuerte, su ropa estaba rasgada y su roja mirada estaba​ fija en él.

Dos grandes colmillos asomaban en su diabólica sonrisa y tras ver al desnudo omega gruñó eufórico.

—¡Mío!, ¡Mío!

Gulf había oído hablar de alfas así, los llamaban "Pura Sangre", estos podían llegar a doblar su tamaño, convirtiéndose así en seres dominados por sus más primitivos deseos y sin tener una gota de razonamiento.

También había escuchado que se aparean con fuerza e incluso llevando a la muerte a los débiles omega, ya que muchos no resistían las fuertes embestidas y las largas sesiones de sexo salvaje.

Estaba realmente atemorizado pero su deseo por ser llenado por Mew era mayor, por lo se apartó, lo dejó entrar y acto seguido cerró la puerta poniendo nuevamente los seguros.

19. El rey del deseo -Mewgulf -Omegaverse - Historia Corta - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora