Llaves

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Me pudro por dentro
y mis palabras son el hedor.
Moscas posan en las hojas
atraídas por el olor.

¿Huelen el arte o el miedo genérico
de una niñez en temblor?.
Parpadean las luces,
sincronizan el latente corazón.

Me identifique en párrafos anteriores,
por eso decidí
perder el valor de las letras
y convertirlas en números.

La traslucidez de las páginas
serán el motivo de la pasión.
A la conciencia deleitarla de una fría extensa inmersión,
de una sincera corta intensión.

La paz en una canción.
A las sílabas entregarse
por escuchar el cambio,
las pausas y los puntos mal puestos.
Y después de eso darme cuenta
que a la vuelta nadie estaba leyendo.

Pero los insectos si se quedaron quietos.
No volvieron al trabajo, viejo encierro.
A la tortura diaria, aria su alimento.
Esa que llena a los grandes,
no a los vagos en el vagón,
ni a mi plexo.

Cordis y SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora