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Seungcheol tal vez debió ir directamente hasta el hotel donde vivía, tal vez a la mansión de los Yoon, tal vez a un hospital... Pero decidió no ir a ninguno de ellos. El lugar al que decidió ir, era el único lugar donde quería estar, el único lugar donde podría hablar y llorar sin que nadie lo escuchase o pudiera culparlo.

Se sentía aún más terrible que en los días anteriores, pero no por haber tomado la vida de una persona con sus propias manos, sino porque esa misma culpa no se hacía presente en su ser. Creyó que luego de ver esos cuerpos ser lanzados al río, sentiría arrepentimiento o tristeza, pero esos sentimientos jamás llegaron a él. Al contrario, sentía que el mundo era un poco mejor sin la presencia de esos hombres, sentía que su cachorro y Jeonghan estaban más seguros sin ellos respirando el mismo aire, ¿Pero quién era él para decidir quién debía o no morir? ¿Qué pasaría si Jeonghan se enterase? Era un asesino.

Decidió abrazar la pequeña lápida y llorar amargamente hasta que su garganta y pecho ya no pudieran más. Cada vez se alejaba más de ese ideal de padre perfecto que quería ser, del Alfa modelo en el que quería convertirse... Todo estaba arruinado, y él sólo tenía lágrimas para ofrecer.

El césped bajo sus rodillas era duro y frío... La misma naturaleza lo rechazaba ahí mismo, no habría lugar dónde esconderse de ese rostro deformado que luchaba por instalarse en su mente. El recuerdo de los gritos y pataleos del hombre resonarían en su mente hasta el último de sus días, Seungcheol era culpable, pero si alguien se atreviera a preguntar... Él diría que no cambiaría nada, dejaría que el dolor y la locura lo consumieran por completo... Todo a cambio de saber que Jeonghan y su cachorro estarían bien...

- ¿Te pasa algo? - dijo esa voz melodiosa a su espalda

Claro. Sólo había alguien capaz de salvarlo de ese dolor y locura en ese momento. Bastaba con escuchar su voz para que Seungcheol encontrara la esperanza de luchar por sobrevivir

Se giró hasta él y lo vió de pie a unos cuantos metros. No le importó que viera su rostro lleno de lágrimas, tampoco su cabello desaliñado o su camisa blanca cubierta de sangre. Por supuesto, él se asustó de inmediato, sin embargo no huyó de él, no como Seungcheol esperaba que hiciera, el rubio corrió hasta él para arrodillarse a su lado y tomar su hombro con una mano

- ¡¿Qué te pasa?! ¡¿Estás herido?! - sus ojos temblaban y su respiración estaba agitada - ¡Tenemos que ir a un hospital!

Seungcheol sonrió y negó con la cabeza

- Esta sangre... No es mía - murmuró

- ¿Qué? - preguntó con miedo - ¿Entonces...de quién?

Los ojos de Seungcheol volvieron a llenarse de lágrimas

- Hice algo terrible... Jeonghan

El rubio se dejó caer en el pasto. Sus manos temblaban al igual que sus labios. Entonces Seungcheol vió su rostro lleno de miedo, el mismo miedo que debió haber sentido cuando esos hombres lo atacaron.

- ¿Qué hiciste?

- Yo... - tragó saliva con dificultad - Maté a alguien... - dijo agachando la cabeza. Estaba por cubrir su rostro con ambas manos cuando Jeonghan lo tomó de las muñecas impidiendo que lo hiciera. Seungcheol alzó su rostro y lo vió

- Vas a llenarte de sangre... - lo soltó de inmediato y pudo ver cómo sus ojos se llenaban de lágrimas - ¿Hablas en serio? - el pelinegro asintió con el rostro. Jeonghan dejó salir sus primeras lágrimas y un largo suspiro - ¿P- Por qué lo hiciste? ¿A quién?

- Al hombre que te hizo daño...

Jeonghan miró a otro lado en campo y sujetó su cabeza con ambas manos

LIE AGAIN (Jeongcheol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora