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- Muy bien Jeonghan - dijo la enfermera mientras abría la incubadora. Samuel ya no tenía ningún tubo unido a su cuerpo, sólo lo cubría un pequeño pañal. Su piel era tan blanca como la de Jeonghan, sus labios eran rosas y finos como los de él, pero sus ojos, esas pestañas largas... Su cabello... Eran absolutamente herencia de Seungcheol - Samuel puede respirar por sí solo pero aún necesita de unas horas de oxígeno por día, está bajo de peso y tamaño, conforme se alimente adecuadamente podrá crecer y desarrollarse con normalidad

- De acuerdo - dijo el rubio sonriendo al pequeño que dormía sin preocupaciones

- Pueden vestirlo ahora - dijo dándole espacio a Seungcheol. Jeonghan le envió una mirada confusa, como en contra de su propuesta, pero su deber como enfermera no le permitía dejar de lado a ninguno de los padres. Finalmente salió de la habitación.

Seungcheol atrajo la maleta y comenzó a sacar todo con sumo cuidado. Miró a Jeonghan como pidiendo permiso para ayudarlo, este lo miró serio durante varios segundos que a Seungcheol se le hicieron eternos, dónde nadie dijo nada pero la sola mirada del Omega de transmitía ese sentimiento de rechazo hacia a él. Suspiró y se decidió a alejarse de la incubadora, para su sorpresa, Jeonghan habló antes de que soltara un suspiro de tristeza

- Dame la loción corporal - dijo estirando su mano pero sin mirarlo.

Seungcheol alzó sus mejillas por la gran sonrisa en su rostro y se dispuso a buscar el ungüento. Era una crema corporal para bebé, olía delicioso, entre una mezcla entre miel y vainilla. Se la tendió a Jeonghan y él la colocó en sus manos, calentándola con sus palmas, luego la frotó sobre la piel de Samuel, quién se movió al instante tras sentir la piel tibia de su padre

- ¿Te gusta cariño? Claro que sí, serás un bebé que huela delicioso- Jeonghan se deshacía en halagos hacia el cachorro. Seungcheol sólo podía observar lo lindo que se veía siendo padre, le sentaba de maravilla y sobre todo, parecía un experto en la materia. Podía colocar perfectamente cada prenda sobre él, con sumo cuidado y sin despertarlo. Se perdió en lo ondulado de su cabello, en su cuello blanco y sus manos delicadas, esa mirada dulce y esa sonrisa perfecta. Se odió por milésima vez, ¿Cómo pudo haberlo dejado? ¿Cómo fue que no luchó por su matrimonio hasta el final? Eligió el camino fácil y decidió terminarlo sin hablarlo antes con él, su comunicación había sido un asco y él sólo alimentó esa distancia con el pasar de los días. Se sentía sucio y asqueado de su mismo cuerpo, ¿Cómo podía siquiera pensar en tocar el cuerpo de Samuel? ¿O el de Jeonghan? No tenía ese derecho

Reaccionó por la voz de Jeonghan pidiéndole el gorro de Samuel, parecía molesto por alguna razón, ¿Cuánto tiempo había divagado?

- ¿Se lo quieres poner tú?

- No... - admitió triste y miró sus manos - No tengo derecho...

Jeonghan lanzó un suspiro lleno de molestia

- Es cierto... Me había prometido que no te dejaría ver o tocar a mi hijo... No lo mereces - Seungcheol sintió como si clavaran una daga en su pecho - Pero aquí estás... ¿De qué sirve que estés si no le hablas o no lo tocas?

Seungcheol volvió a sentir esa llama de esperanza

- No me agrada la idea, en absoluto... Pero lo hago por él - volvió su mirada al pequeño que ahora se encontraba vestido con un mameluco de oso color café, le quedaba bastante grande, pero lucía como esos cachorros de televisión - Ten - dijo tendiendo el gorro - Algo me dice que mueres por hacerlo

- Sí... - tomó la prenda y Seungcheol no podía creer lo pequeño que era, su puño y la cabeza de Samuel eran casi del mismo tamaño... Era tan chiquito... - Y... ¿Cómo lo hago?

LIE AGAIN (Jeongcheol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora