YOONGI + yoonmin

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—Eso es, gattino, relájate para mí. —Era como si el hombre pusiera algún tipo de hechizo sobre él, obligándolo a tranquilizarse. Los labios de Jimin se separaron cuando sus párpados se cerraron. Se quedó laxo, apoyándose en el toque de Yoongi, queriéndolo, deseándolo.

Los ojos de Jimin se abrieron de par en par cuando sintió un dolor agudo en su cuello y luego Yoongi comenzó a chupar profundamente, pero antes de que Jimin pudiera empujar al hombre lejos de él, su polla endureció, y luego su cuerpo explotó. Jimin gritó de placer, sorprendido más allá de las palabras de que hubiese llegado al clímax tan duro, tan rápido, y con nada más que un par de labios en el cuello.

Yoongi lo mantuvo en su lugar mientras Jimin se agarraba, gritando mientras un orgasmo le fue arrancado, destrozándolo, haciendo que su cuerpo pulsara violentamente.

Jimin sintió que Yoongi lamía su cuello antes de que los bordes de su visión se oscurecieran y se desmayara.

Jimin se sentó en su cama en silencio, con la espalda contra el muro, las piernas apoyadas en el
pecho, mirando fijamente a la puerta, esperando que el diablo la atravesara. Su estómago estaba en un gran nudo, el miedo apretando cada músculo.

Había despertado para encontrarse de nuevo en el dormitorio de detrás del bar. Jimin había repetido el escenario una y otra vez en su cabeza desde que se despertó y decidió que no había imaginado lo que había sucedido anoche.

Min Yoongi era un vampiro.

Su cerebro intentó desesperadamente rechazar la idea. Trató de decirle a Jimin que estaba fuera de su cabeza. Pero cuanto más lo pensaba, más sabía que tenía razón. Había ido al dormitorio de Yoongi. Había dejado que el hombre le besara todo el cuello y la mandíbula. Había sentido el dolor y luego el placer cuando Yoongi había mordido su carne. Jimin quería enfrentarse a Yoongi, pero tan grande como era el hombre, y ahora descubrir que era un vampiro, Jimin no tenía el coraje.

Se había mirado al espejo después de despertar y no había visto ninguna evidencia de lo que Yoongi había hecho. No había ningún agujero de pinchazo, y Jimin no sentía la necesidad de chupar el cuello de alguien, pero sabía que Yoongi había chupado el suyo.

Esta mierda es... irreal pensó Jimin mientras se sentaba allí temblando, con las manos húmedas. Sus manos estaban atascadas en sus axilas, y cuando había oído algo antes en el apartamento, se había sacudido como si el monstruo se dirigiera derecho hacia la habitación.

Pero nadie había venido.

Jimin pensó llamar a Jungkook pero recordó la advertencia de trajeado. Después de enterarse de lo que era Yoongi, no quería una visita del tipo. Yoongi era la última persona que Jimin quería ver. Nunca.

Era inteligente, había sobrevivido en las calles casi toda su vida. A pesar de que había tenido una familia de acogida, no habían dudado ni dos mierdas en lo que habían hecho sólo con tal de que hubiese quedado fuera su faz.

Si pudo sobrevivir en las calles, entonces podría llegar a un plan para salir de este apartamento. ¿Qué tan difícil podría ser? Tenía treinta pisos de alto, guardias colocados fuera de las puertas dobles, un ascensor que requería un código, y un casino que tenía que pasar mientras nadie lo viera.

Pan Comido.

Jimin no pudo respirar. Una bola de miedo, del tamaño de un elefante, estaba sobre su pecho. Nunca iba a salir de aquí. Yoongi iba a drenarlo hasta dejarlo seco y luego enterraría su cuerpo sin vida, sin sangre en el desierto. Iba a ser comida de escorpión y coyote.

Lo que quedase de él, de todos modos.

Jimin se puso rígido cuando alguien llamó a la puerta del dormitorio. Le parecía extraño que Yoongi llamara en su propia casa. El hombre no había pensado en Jimin cuando tomó su sangre, así que ¿por qué respetar los límites ahora?