YOONGI + yoonmin

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Cuando Yoongi se deslizó dentro, Jimin se preparó para la velocidad, pero Yoongi no condujo como si tuviera cinco segundos para cruzar el país. En vez de eso, manejó al límite de velocidad cuando alcanzó la mano de Jimin y la enredó en la suya. La sensación de la mano fuerte de Yoongi era como una cuerda de salvación, y Jimin se aferraba a ella mientras se llamaba a sí mismo todo tipo de cobarde y llorón.

Viajaron en silencio hasta llegar al aparcamiento subterráneo. Cuando Yoongi salió, se acercó al lado del coche de Jimin y lo levantó de su asiento.

Jimin no protestó. Apoyó la cabeza en el hombro de Yoongi mientras el vampiro subía por el ascensor hasta el último piso. No levantó la vista hasta que el hombre depositó a Jimin en su cama.

Yoongi levantó un dedo y luego marcó en su teléfono, hablando rápidamente. Jimin escucho las palabras. Le estaba diciendo a Hoseok que su deber actual había terminado. Eso le recordó a Jimin. Cogió su teléfono y llamó a Jungkook, pero su mejor amigo no respondió. Jimin dejó un mensaje diciéndole a Jungkook que estaba bien y cuánto lo sentía por haber hecho que su mejor amigo viniera tras él.

También le dijo a Jungkook que se lo compensaría. Un día de compras serenaría las plumas de su amigo. Después de echar el teléfono a un lado, se quedó allí y vio como Yoongi se quitaba el traje y luego se metía en la cama.

—Todavía no tienes suerte, señor.

—Lo sé —Yoongi besó su ombligo.

Jimin dio un suspiro, su cuerpo temblaba ante un toque que nunca pensó volver a sentir. Los movimientos de Yoongi eran lentos, suaves y bienvenidos.

Su chaqueta fue echada a un lado antes de que Yoongi sacara los botones de la camisa de Jimin, al mismo tiempo que presionaba besos a lo largo de la mandíbula de Jimin.

Jimin quería correr las cosas, golpear las manos de Yoongi y quitarse los pantalones, pero no podía moverse. Estaba demasiado ocupado ahogándose en el aroma de Yoongi, la sensación del hombre fuerte sobre él, y la incredulidad de que estaba de nuevo en la cama de Yoongi. Ya no le importaba que el hombre fuera un vampiro, que a veces asustaba a Jimin o que no perteneciera al mundo del hombre.

Tendría que ser arrastrado, pateando y gritando, si alguna vez se veía forzado a abandonar este mundo de nuevo. Yoongi era su vida, y Jimin lucharía con dientes y uñas para mantenerlo. Su corazón emigró a su garganta cuando Yoongi se movió abajo de la cama, situándose entre las piernas de Jimin. Sacó los zapatos de Jimin y luego los pantalones. Luego fueron sus bóxers y calcetines.

Ahora estaba completamente desnudo y estaba listo para pedirle a Yoongi que le follara cuando el hombre hizo algo que nunca pensó Jimin que sucediera.

El vampiro tomó a Jimin en su boca.

Jimin siseó y arqueó su espalda, extendiendo sus piernas más ampliamente mientras sus párpados se cerraban. Sus caderas se sacudieron hacia adelante, una reacción que cualquier hombre tendría cuando su polla era succionada, pero Yoongi apretó sus manos en las caderas de Jimin, manteniéndolo clavado en la cama.

Él gimió y enroscando sus manos a sus costados cuando Yoongi retrocedió. Paris no quería que esto terminara nunca.

—Abre los ojos, duende. Mírame.

Jimin parpadeó un par de veces, desconcertado ante la petición. La suave voz de whisky de Yoongi no podía ser ignorada ni su suave orden

Miró al hombre grande y letal entre sus piernas, y sus ojos se encontraron. El verde había desaparecido por completo. Los ojos de Yoongi brillaron en rojo mientras miraba a Jimin. —Tú es la única persona por la que he hecho esto —dijo Yoongi— y quiero que me mires.