8. Take My Hand

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        Amanecieron bajo el halo de luz plateado que profería la luminosidad de la Luna. Así, tan simple como un satélite de nuestro planeta, irradiaba lo más semejante a plata gaseosa, que provocaba que los árboles reflejaran sombras espectrales sobre los cuerpos de ambos. Ella apoyaba la cabeza en el pecho de Brad, mientras que él rodeaba sus hombros con un brazo protector.

-¡Qué bello es mirar la Luna!- declaró ella con una voz que se acompasaba a los sonidos ambientales.

-Dices que mirar la Luna es bello, porque no estás viendo lo que yo en este momento. Hay algo mucho más hermoso aquí que la Luna y las estrellas.- Brad soltó un suspiro largo y profundo.

-¿Y dónde está eso?- se interesó ella recomponiéndose sobre la hierba. Dirigía la mirada a todos lados cuanto podía para descubrirlo.

-Justo a mi lado.- dijo Brad con voz masculina.

-Oh, Brad- ella sonrió con romanticismo.- Tú eres mi satélite.

-Eso es correcto- dijo Brad. Ella rió divertida ante su respuesta.- No, hablo en serio. Porque si soy tu satélite, entonces significa que tú eres mi mundo. Me gusta esa idea.

-Es increíble que seas tan astuto y hermoso al mismo tiempo.- la joven miró anonadada al muchacho, que la penetraba con sus ojos café.

-Sólo contigo.- dijo Brad con expresión relajada.- No es ni astucia ni hermosura, es simplemente amor.- hizo una pausa que fue interrumpida inmediatamente por sus propias palabras- Te amo.

-También yo- respondió ella de inmediato.- Amo cada parte de tí, como si fuésemos uno sólo.

-Me amas porque yo fui hecho para amarte. Nací para encontrarte y saber que mi propósito en la vida era conocerte. No fue fácil acercarme a tí, pero mi corazón latía con fuerza cuando te tenía cerca, y eso, éso es amor.- la miró por sobre el hombro- Y es extraño, porque mucha gente cree que uno le ofrece amor a quien ama, pero, en realidad, aprendí contigo que te amo porque en tí encuentro el amor que, siendo mío, está dentro tuyo. Algo así como si yo tuviese un cofre repleto de amor y en tí encontrara la llave que lo abre. No tiene sentido un cofre sin una llave, ni una llave sin un cofre.

-A veces pienso que no soy merecedora de un chico tan asombroso como lo eres tú, Brad.- dijo ella pensativa- Soy muy afortunada al tenerte a mi lado, al poder besar tus labios y acariciar tu cabello.

-Eres merecedora de todo esto y más- explicó Bradley lentamente. Las estrellas proferían una luz aún más brillante ahora- Por eso pienso pasar el resto de mis días a tu lado, porque no me alcanzará la vida para amarte como te mereces.

        Una lágrima corrió por la mejilla de ella, quién abrazó inmediatamente a Brad. Éste alzó una ceja y mostró una sonrisa torcida, pero ella no pudo vislumbrala.

-Extrañaba tus abrazos- dijo Brad, ahora con voz atrevida, aferrándose a ella más de la cuenta.

-¿Y qué hay de los besos?- preguntó ella también con voz pícara.

-No sé qué es un beso- Brad se encogió de hombros fingiendo inocencia- Tal vez debas explicármelo -la detuvo de pronto poniendo un índice en los labios de ella- Pero espera, no hables, sólo hazlo.

-Me estás insinuando que te bese...- dijo ella con entendimiento. El ambiente se tornó de pronto caluroso.

-Te estoy obligando a que lo hagas.- la corrigió Brad rápidamente. Y, adelantándosele a ella, la tomó por la cintura y fundió sus labios lentamente con los suyos. Se mantuvieron así durante largos minutos, bajo la luz de la luna, que ahora proyectaba una sombra enorme producto de sus cuerpos entrelazados. El beso continuó hasta que el cantar de los grillos cesó. Ella sonrió sobre sus labios.

-¿Sabías que te amo, verdad?- dijo ella intentando recuperar el aliento.

-No me molestaría que me lo recuerdes- respondió Brad. Inmediatamente ella lo besó tiernamente.

-Debo agradecerte todo, Bradley- confesó ella de repente.

-¿Qué es todo?- él la miró como atravesándola. Nadie hubiese podido decir que no estaba enamorado de ella.

-No hubiese podido enfrentar a mis padres si tú no me incitabas a hacerlo.- explicó ella con calma.

-No he sido tan valiente como tú en ningún momento de mi vida, eso debes agradecértelo a tí.- dijo Brad acariciando su mejilla con sus dedos suaves.- Igualmente, eso ya no importa, mientras estemos juntos yo seré tu cantante favorito y tú mi bailarina preferida, ¿verdad? Y nadie podrá decirnos lo contrario, ni impedírnoslo.

-Por supuesto.- susurró ella colocando su mano sobre la de Brad.

-Entonces, aún no me has respondido la pregunta de aquel día, la que ocasionó el "pleito", ¿recuerdas?- murmuró Brad con su inconfundible y melódica voz.

-Lo siento, yo no...- ella hizo una pausa intentando recordar- No lo recuerdo.

-No te culpes, pasó algo de tiempo.- Brad lucía despreocupado y fresco- Te pregunté si vendrías de gira conmigo.

-¡Ya lo recuerdo!- una luz se iluminó en sus ojos. Ahora una amplia sonrisa adornaba su rostro.- Claro que iré contigo, ¿qué crees necesario, que diga que soy tu amiga, o no te molestaría admitir que somos novios? Ya sabes, a veces el marketing no deja que los miembros de las bandas famosas tengan relaciones estables.

-No- profirió Brad- Irás como mi novia primeramente, pero serás mi bailarina.

-¿Qué?- preguntó ella sin dar crédito a sus oídos- No puedes estar hablando en serio, es increíble.

-Jamás he hablado más en serio- Brad depositó un beso en sus labios cálidos- Te llevaré conmigo.

-Brad, no tengo más que palabras de agradecimiento para tí. Te amo, realmente no me lo puedo creer.- Nuevas lágrimas cayeron sobre sus mejillas.

-Ya me agradecerás luego.- dijo Brad con una mueca de picardía en su rostro. La miró significativamente y le lanzó una sonrisa masculina.

-¿De qué hablas?- preguntó ella lanzando una carcajada. No recordaba un momento más feliz que aquel.

-Hablo de que bailaremos juntos.- esta vez alzó ambas cejas- Muy juntos.

        Ella lo abrazó enérgicamente y depositó un beso en su mejilla. Brad no sólo estaba escribiendo su vida, sino que la estaba convirtiendo en un cuento de hadas del que no quería irse. Bailar era lo que más anhelaba, lo deseaba con el corazón. Ella entendió que los príncipes azules no existen, a menos que se llamaran Bradley Will Simpson, pero ése príncipe era suyo.

Nota de la autora: ¡Hola de nuevo, queridas lectoras! Quiero agradecer todos sus comentarios de apoyo y amor hacia esta historia. No había sido constante con ella porque pensé que no atraía demasiado a la gente, pero gracias a ustedes les prometo que la continuaré. Sin ustedes este romántico Brad no existiría. Me alegra que se sientan parte de la historia, e imaginen que Brad y ustedes viven esta interminable historia de amor. Dejen volar su imaginación y permítanse soñar con "Escríbeme la vida", ya que la escribo exclusivamente para ustedes. Gracias por leerme y por tanto amor, las quiero muchísimo y les prometo más compromiso con la novela ♥ 

Escríbeme la vida (Bradley Simpson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora