Semana Uno

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Palabra: Brindis.

Época: Años después de la guerra.

Genero: romance.

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Las Calles de Diagon estaban atestadas de gente a pesar de ser época de clases y trabajo, muchos magos y brujas iban y venían. Unos saliendo a pasear, otros a comer, tal vez a comprar una muda de ropa o a retirar un encargo de la botica. Pero una persona buscaba algo en específico, y ya se había recorrido la mayoría de las joyerías buscando el anillo ideal para su mocoso. Severus Snape, serio e imponente como siempre, se hacia paso a través de la gente en el callejón Diagon.

Muchos se corrían al ver al adusto profesor de Pociones, y otros tenían la mala suerte de cruzarse en su camino y recibir una mirada mortal del profesor. Severus estaba fastidiado, y aunque la tarea que estaba cumpliendo era algo que estaba disfrutando, debido a que quien recibiría el presente era alguien especial, el calor y la gente le estaban fastidiando el día. Los dependientes eran unos inútiles que apenas lo veían se ponían a temblar y balbucear, cosa que fastidiaba a Severus, haciendo que se fuera luego de dar una rapida ojeada a los aparadores.

Severus llegó al final del callejón, y a la última tienda que tenía que visitar, si no encontraba aquí lo que buscaba, no sabría que darle a su chico. El ojinegro entró, y la chica que estaba adentro mirando anillos de un aparador se encogió en su lugar intentando pasar desapercibida, el dependiente sin embargo, siguió en su labor, mostrándole a la asustada chica los anillos de compromiso. Severus se acercó a las vidrieras y observo los anillos, había llegado el extremo del aparador cuando lo vio, un anillo de oro blanco con una esmeralda en el centro y con dos piedras onix a los lados, las piedras estaban engarzadas al anillo por delicadas enredaderas salpicadas de algo parecido a diamantes, dándole un toque delicado y masculino al mismo tiempo. Cuando estaba por llamar al dependiente, alguien lo llamó, una voz conocida y se maldijo internamente por su descuido. Había olvidado que Harry trabajaba en esa joyería.

- ¿Severus? - respondio al llamado levantando la vista como si hubiera estado distraído esperando y no mirando atentamente ese anillo.

- Harry - dijo simplemente y el ojiverde lo miro con una sonrisa.

- ¿Que haces aquí? - pero antes de que Severus pudiera inventar una escusa, el otro dependiente de la tienda se interpuso entre Harry y Severus.

- Señor Potter, le pago para trabajar no para charlar con su pareja - el señor Whinston era un hombre serio, al que no le gustaban del todo las relaciones entre hombres, pero el niño Potter le parecía muy simpático y ayudaba con su figura al negocio, por lo que era flexible con su relación con Severus. Sin embargo, él no iba a permitir que Harry hablara con su pareja en horario de trabajo - Termine la transacción de la señorita Minnel mientras atiendo al señor Snape - y aunque Harry quería replicar se fue hacia la chica que miraba con curiosidad la escena.

Severus aprovechó la oportunidad y como entro un grupo ruidoso de 4 personas, se acercó al señor Whinston para hablarle en voz baja.

- Quisiera este anillo, en lo posible discretamente, debido a que mi pareja está cerca y evidentemente es una sorpresa - Severus fue directo mientras apuntaba el anillo que quería llevarse, el señor Whinston asintio y rápidamente sacó el anillo del aparador y una caja de terciopelo negro de un cajón, el anillo fue rápidamente guardado en su caja, entregado a Severus y pagado discretamente mientras Harry se ocupaba del las dos parejas que al parecer habían querido comprar al mismo tiempo sus anillos de compromiso.

Severus se quedó en una esquina esperando quince minutos a que el turno de Harry terminara, su escusa claramente era que había ido a buscarlo para ir a casa juntos y no que había ido a comprar un anillo para él. Harry se acercó con una sonrisa resplandeciente, tenía puesto unos ajustados jeans combinados con una remera verde esmeralda que quedaba perfecta con sus ojos.

Calendario de Adviento 2020 [Harry Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora