Estábamos impacientemente sentadas en el comedor esperando a que alguien llamara a la puerta. Se suponía que la cita con Ashton era a las ocho y media, pero nosotras ya estábamos plantadas esperando desde las ocho y quince.
— ¿Cómo crees que sea, Vanessa? ¿Apuesto? —preguntó entusiasmada.
—Mamá, necesitamos a un niñero, no a un stripper —respondí.
— ¡Vanessa!
— ¿Qué? Digo, no por ser apuesto será mejor niñero. Vamos, mamá, no es hora de pensar en eso.
—No te aguantas ni una broma, cariño.
Y entonces, el momento más esperado llegó. La puerta fue golpeteada dos veces, mi madre y yo nos levantamos apresuradas hasta llegar a la puerta.
— ¿Señora Hale? —La dulce voz de Ashton se oyó.
— ¿Ashton Irwin? —preguntó de vuelta mi madre.
—Sí, gusto en conocerla.
—Ashton, ella es Vanessa Hale, mi hija.
—Oh, mucho gusto, Vanessa Hale —dijo mientras mi mejilla era besada por él.
—El gusto es mío, Ashton —respondí.
—Entra, Ashton. Es hora de hacerte la entrevista —interrumpió mi madre tratando de decir que ella también estaba ahí.
Nos sentamos en el comedor en el que hace unos minutos mi madre y yo estábamos esperando con ansias al tan hablado Ashton Irwin, que para mi madre era una novedad; pero para mí ya no lo era.
—Ashton —pausó unos segundos—, ¿cuántas horas podrías pasar al día cuidando a mi hija?
—Podría estar el tiempo que usted quisiese.
— ¿De mañana a noche?
—De mañana a noche —repitió en tono sonoro.
— ¿Cuántos años tienes?
—Tengo veintiún años, señora Hale.
Esto era una entrevista muy divertida, ya que a Ashton en cada respuesta se le oía nervioso y a veces respondía demasiado rápido que mi madre le pedía que lo repitiera.
—Listo, Ashton Irwin. Yo te hablaré para darte una respuesta.
—Muchísimas gracias, señora Hale.
Lo acompañamos a la puerta, él tomó por unos segundos mi mano entrelazándola con la suya, pero después la soltó.
—Hasta luego, Ashton.
—Hasta luego, señora. Hasta luego, Vanessa —dijo y volvió a hacer la acción que al principio había hecho: besó mi mejilla.
Y la puerta se cerró, llevándonos de vuelta al comedor, porque seguramente mi madre querría hablar sobre lo ocurrido.
—El chico es simpático, ¿no crees?
—Sí, algo así —dije aparentando desinterés en él, lo cual era una total mentira.
—No puedes decir eso. Te ha gustado, yo lo sé.
—No me ha gustado, me ha dado… igual —dije encogiéndome de hombros.
—Vanessa, alguna vez me he preguntado si en realidad te gustan los hombres.
— ¡¿Qué?! ¡Mamá, no soy lesbiana!
—Yo nunca dije eso de esa manera.
—Pues trataste de decirlo. ¡No puedo creerlo!
—Vanessa, es que tú nunca muestras interés por un chico.
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Blindness || a. i.
FanfictionDonde una chica con ceguera cae perdidamente por un chico que tal vez jamás podrá ver, entendiendo con él lo que realmente significa el amor. Obra original mía. No copias, no adaptaciones.