Cap.6

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—¿Y ahora qué? —preguntó Ben.

—Debemos seguir adelante en nuestro trayecto y aprovechar el día. Estamos más cerca que antes, ésta podría ser nuestra oportunidad de atraparlo. No nos conviene seguir aquí parados —dijo Alucard con ímpetu.

—¿Cuánto tiempo crees que nos lleva de ventaja? —le preguntó Clifford.

Alucard montó su caballo rápido antes de responder.

—Yo supongo que nos lleva unas horas de ventaja, para ser preciso; El Espadachín se mueve durante el apojeo de la noche, debemos cabalgar hasta que anochezca, debemos aprovechar la luz del sol y sacar toda la ventaja posible que podamos. Adelántense, iré a buscar provisiones.

Alucard se dio vuelta y avanzó presionando a su caballo para que fuera a toda velocidad, ahora se le veía entudiasmado, estábamos cerca del Espadachín, solamente nos llevaba unas horas de adelanto según él. Ben tomó el mando y proseguimos a dejar la ciudad a un ritmo de trote de caballos, debíamos esperar al capitán.

Alucard nos alcanzó cuando ya estábamos alejado lo suficiente de la ciudad, vino con dos grandes sacos sin revelar nada, y a su llegada, presionamos el ritmo ahora galopando, como si estuviéramos persiguiendo a alguien, Alucard iba adelante sin dirigir ninguna palabra, sus expresiones ansiosas hablaban por él esta vez.

En general, el plan era estar montando un caballo por todo un día hasta el anochecer, creí que era mentira, creí que Alucard se iba a detener al menos a comer algo, pero recordé que cuando Alucard se centra en algo que le roba la total atención, nada lo puede detener o distraer.

El tiempo pasó mientras avanzábamos, estaba cansado de estar encima de mi caballo y tenía mucha hambre, Alucard no tomaba una pausa. Sé que cuando el sol está justamente encima de nosotros, significa que ya es mediodía, no es fácil soportar el calor y los rayos solares, el inglés al menos tiene un lindo sombrero azul que lo protege.

Se me hizo difícil tomar agua de una cantimplora mientras cabalgaba. Fue Johnson quien me extendió dos manzanas para tener algo en mi estómago al menos, ellos no reprochaban nada, están confiados de su capitán. A Alucard no le interesaba nada excepto seguir hacia el este, hacia el peligroso oriente; parecía un mapa de rutas y atajos, cruzábamos bosques y ascendíamos por los acantilados de unas montanas para ganar altura, no se detenía para nada, su caballo atravesaba todo sin parar. Y para colmo, él nos recordó que estaríamos montando hasta el anochecer y que en ese momento comeríamos.

Pobres caballos y de mí. ¿En qué me metí para merecer esto?

No es fácil estar todo el día en movimiento, y en un caballo, no tuvimos ni siquiera un breve descanso, fue desesperante y ver que dejaba el sol atrás me aliviaba.

Cuando el sol se puso, reducimos el paso, seguimos avanzando hasta quedarnos en un bosque de árboles muertos y sin hojas. Nos detuvimos y preparamos todo, Alucard exploró nuestros alrededores con su rifle, Ben empezó a armar una fogata, Clifford a recolectar un poco de pasto y leña para el fuego y Johnson estaba amarrando a los caballos y alimentándolos, yo estaba buscando madera del piso, corteza de árbol y ramas para cortarlas con mi espada para avivar el fuego también. Una vez reunidos entre nosotros, nos sentamos en círculo enfrente de la fogata, Ben tenía un saco en el que llevaba una hornilla y unos vasos de metal, le echó agua y algunas hojas silvestres para preparar un té en la fogata, Alucard nos había dado unos panes a cada uno de uno de los sacos que trajo de la ciudad.

—Bien, hemos estado todo un día cabalgando con el fin de sacar la suficiente ventaja, pero ahora necesito la opinión de ustedes de lo siguiente: ¿Prefieren que dejemos la fogata encendida y hagamos guardia por turnos o prefieren apagarla cuando la luna me indique que ya es medianoche y estar atentos a cualquier movimiento?

El Espadachín de la Noche Sombría © [Completa✔️]️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora