Su sonrisa.

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Narra Alba.

¿Por qué eres tan irresistible? Me dijo aquella chica la cual estaba sentada a mi lado.

La sonrisa no se borraba del rostro, mi corazón estallaba por dentro. Aún con mi sonrisa en el rostro me volteo unos segundos a verla, ella me miraba con esos ojos preciosos que solo ella tenía, cada vez que los veía sentía que la conocía de toda la vida, como si pudiese ver en ellos lo linda persona que era.

Siempre me pongo a pensar en sus ojos y en como desde el momento uno sentí que la conocía de algún lado. Es como si sus hermosos ojos los subiese visto antes, o quizás solo era mi alma diciéndome que esos ojos eran los indicados para mirarlos cada día al despertar.

Luego de volver de mis pensamientos pongo mi mano entre su pierna y la acaricio. –

"irresistible son tus ojos que me hipnotizaron apenas te vi" le respondí.

Charlotte se quedo muda, pude sentí como mis palabras la dejaron sin palabras y eso me gustaba.

Alba: ¿Y? que me dices, ¿Quieres pasarte por mi casa un rato?, si quieres luego puedo ir a deja... – Charlotte no me había dejado terminar la oración, pues se lanzo a besarme y a callado con un inesperado pero dulce y corto beso que para ser sincera no me molestaba para nada, es más deseaba que no fuese el único.

Charlotte: Claro que quiero. Me encanta cuando me dejas sin palabras Alba – dijo mientras se alejaba de mi boca. – déjame avisarle a mi madre que voy antes que se preocupe más por mi.

Alba: Mis padres están de viaje por su aniversario, se fueron con mi pequeña hermana porque como te dije tiene tan solo 6 años y bueno estoy sola con mi hermano mayor, no se si te parezca una buena idea bonita.

Charlotte: me parece muy buena idea, además ahí podremos conversar mejor un rato – al decir esas últimas palabras la note triste.

Alba: hey! Bonita, ¿Por que es carita? – dije mientras le sostenía su cara con mi mano derecha.

Charlotte: Nada solo sabes que aun se me hace difícil. Trato de olvidar todo pero cada vez que me acuerdo lo que me dijiste aquella noche me da algo de pena. – Yo solo guarde silencio acariciándole su mejilla mientras conducía.

Narra Charlotte.

Cuando alba menciono lo de mis ojos mi mente viajo en el tiempo a el día en que nos conocimos y la invite a un café, aquel día en donde me menciono tímidamente que se ponía nerviosa porque mis ojos le parecían hermosos, me quede congelada por unos segundos y ella claramente lo noto. Ella sin conocerme tanto sabia como hacerme sonreír, era increíble.

Habíamos llegado a casa de Alba, era primera vez que la conocería y me daba mucha curiosidad saber donde aquella bella mujer pasaba la mayoría del tiempo.

Al bajarme de su carro veo una inmensa casa, bueno la verdad la palabra inmensa le quedaba corta era realmente gigante y hermosa por fuera, pero cuando entramos me sorprendí el triple, el estilo era súper vintage la decoración era increíble y las tonalidades de los colores era realmente bonitos. Alba al abrir la puerta me hizo pasar antes que ella.

Alba: He llegado, ¿Samuel? ¿Estas en casa? – grito

Samuel: Hasta que te dignas a llegar pulga aquí estoy – dijo mientras se acercaba a la puerta desde un pasillo. – disculpa no sabía que tenías compañía – dijo amablemente. –

¿Soy Samuel pero llámame Samu, ¿tú? ¿Como te llamas? – me estiro la mano derecha mientras sostenía un paquete de papas fritas en la otra.

Charlotte: Hola Samu, lindo nombre, soy Charlotte.

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