Familia

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Era difícil no amar el invierno cuando te encuentras cubierta por el calor del cuerpo de quien más amas, Sakura se sentía ebria de felicidad, deseaba no levantarse, quería quedarse un ratito más con la cadera pegaba al pubis de Sasuke y con su brazo apretando su seno. No existía lugar más cómodo y perfecto que ese, abrió los ojos percatando su nariz helada.

"Despertaste" afirmó su compañero de viaje con la voz ronca, ella se preguntó como lo podía saber y asintió esperando quedarse en la cama un poco más y con su mano apretó la de él.

"Mañana podemos continuar hoy quedemos aquí" le rogó moviendo su cadera un poco, esperando que con algo de seducción él cediera.

"hmph" gruñó y le dejó besos desde el cuello al hombro.

Sakura sonrió triunfante estirándose en el futón, satisfecha de haber logrado su objetivo, observó el pecho de Sasuke contrayéndose en cada bocada de aire luego de la grandiosa sesión de sexo matutino.

Un silencio cómodo cayó sobre la habitación. Luego de unos minutos, Sakura decidió levantarse para preparar el desayuno, pero la mano fuerte del pelinegro en su cintura se lo impidió, ambos quedaron sentados; los pezones de ella se endurecieron al percibir nuevamente el fuerte abdomen de Sasuke contra su espalda, su corazón reaccionó iniciando una carrera frenética cuando sintió como él colocaba un largo beso en el trozo de piel que separaba su cuello y su hombro.

"Sasuke-kun" llamó cuando la mano de él acarició su vientre produciendo un espasmo de placer.

"¿Tengamos un hijo?" le soltó de repente en un tono lleno de incertidumbre, un tono que jamás le había escuchado, un tono que le estremeció el alma.

Sakura siendo la llorona que siempre ha sido, se giró y le estampó un beso contundente en los labios; un sollozo como asentimiento. Cuando sus ojos se cruzaron ella le sonrió de una manera que Sasuke jamás olvidaría: se preguntó si realmente él merecía esa felicidad.

RománticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora