Normalidad

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Era una noche particularmente fresca para ser verano en Konoha, Sakura cocinaba tranquilamente una receta que había visto en una revista, tarareando suavemente una canción que escuchó por ahí, su esposo leía un pergamino en la mesa, tranquilo e inmutable como siempre, en algún momento Sarada llegaría de su entrenamiento. Sería una velada con la familia Uchiha completa, como era últimamente la costumbre.

Sasuke quitó su atención de lo que estaba leyendo y observó la espalda de su esposa; entretenido del suave ritmo de sus movimientos, en noches como esa no entendía la suerte que poseía al tener a una mujer como Sakura amándolo, a pesar de los miles errores cometidos y de sus profundos defectos. Agradecido de que le entregó una hija preciosa y una calidez que jamás abandonaba su alma. No creía que mereciera nada de lo que se le estaba entregando, pero disfrutaba cada momento. Sentirse bendecido era una de las tantas emociones que llenaban su cuerpo cada vez que estaba en su hogar. Una media sonrisa, casi imperceptible se apoderó de su rostro. Naruto tenía razón era un bastardo afortunado.

"Te amo" le soltó, con voz queda y grave, sabiendo que Sakura captaría todo lo que estaba sintiendo y que como siempre entendería mucho mejor a su corazón que él, porque detrás de esas dos palabras habían muchas más que él no sabía nombrar pero quemaban por su intensidad.

Su esposa se volteó con el cucharon en la mano sonrojada y con los ojos tan brillantes que podrían competir con el sol.

"Yo también Sasuke-kun" Le respondió suave con una sonrisa tímida que lo volvía loco. Ella sabía que con todo lo que él le había demostrado no eran necesarias palabras, pero de todas maneras le encantaba escucharlo decirlas.

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