𝐍𝐎 𝐓𝐀𝐍 𝐏𝐔𝐍𝐊 ⸻ itadori yuuji

uno

Otro día, otra aburrida tarde de estudios y gentío por todos lados.

Sostenía su cabeza con su mano mientras apoyaba el brazo en la mesa al dibujar, trazando con la máxima pulcritud que podía, ignorando el ruido que había a su alrededor con la voz de Joji en sus oídos calmando sus cansadas neuronas. Y ahí estaba June, una chica alejada de la realidad, alguien que se distrae de todo perdiéndose entre las nubes. Siempre se consideró a sí misma como alguien desinteresada, alguien que siempre trata de pasar desapercibida de todo. Y ahora, haciendo el cómic de su vida, se encontraba totalmente en su mundo sin importarle nada más, ni siquiera todo el murmullo y la gente que había a su alrededor.

La cafetería cercana a su facultad era, no sabía si por fortuna o por desgracia, una de las mejores cafeterías de la universidad, y ella era consciente de la estética tradicional y vintage que atraía a los estudiantes de toda la maldita universidad. Además, vendían buenas tazas café cargado y unos pastelitos que te hacían babear apenas los pedías a un precio totalmente generoso; comprendía porqué los jóvenes aprovechaban a ir entre clases o luego de ellas.

Ella, siendo clienta habitual desde hace tres años, ya era de las que tenía su propia mesa y lugar asignado para las horas en las que iba.

Levantó la mirada por un segundo pues sintió un escalofrío recorrerle la espalda y se encontró con un par de ojos grises chispeantes que se acercaron a ella apenas cruzaron miradas.

—¡Buen día, June! —saludó Taroo sonriente y alegre como siempre—. ¡Uh, comida! —chilló al ver el par de croissants que había en la mesa de June, tomó uno y se sentó frente a ella para devorarlo.

—Hola —saludó—. He estado trabajando en el boceto de nuestro trabajo, creo que para la escritura tendríamos que...

Así, directa y formal, fue olímpicamente ignorada por Taroo y su nueva obsesión: el nuevo mesero de la cafetería, Natsuo. Que su mejor amigo sea alguien demasiado expresivo y obvio cuando se enamoraba de alguien era algo que tenía que soportar desde siempre, le parecía algo adorable y difícil de entender que le gustara alguien que desde el principio mostró desinterés en él.

—Taroo, préstame atención, ¿sí? —pidió con voz seria.

—Uh, lo siento, June —saltó el de cabello gris sonrojándose—. ¿Acaso has visto cómo está vestido Natsuo hoy? ¡Lindos pantalones, Nat! —gritó saludando en dirección hacia el mesero con cabello negro y gorra verde de uniforme.

El chico, muerto de la vergüenza al ver a Taroo saludarlo tan emocionado, se puso completamente rojo y escondió el rostro con su gorra mirando hacia abajo, tal y como hacía siempre que Makoto iba a la barra para pedirle una cita.

—Deja de espantar al pobre chico, ¿sí?

—No dejaré de molestar hasta que no acepte una cita conmigo —susurró cómplice mientras apoyaba su barbilla en su mano con expresión soñadora, hasta que sintió la mirada acusatoria de June sobre él—. ¿Lo siento?

La chica solo pudo suspirar un poco antes de llevar nuevamente su visión y atención a las viñetas que descansaban sobre su libreta en la mesa.

—Haz lo que quieras, mientras no hagas que te ponga una orden de alejamiento, todo bien —contestó volviendo a dibujar.

—De acuerdo, ¿cómo va todo? —quiso saber antes de comerse el croissant suyo en dos bocados.

—Um, bien —afirmó con la frente arrugada por la concentración—. Ya voy dos capítulos, tienes que revisar el guión y llenar las burbujas con los diálogos...

Su amigo asintió antes de levantar la mano para llamar la atención de algún mesero que esté cerca para hacer un pedido.

—Fui invitado a una reunión de Slam esta noche, dicen que luego de eso habrá un concierto de una banda que por debe ser buena de tanta fama que se hizo la reunión —comunicó sonriente, una mesera se acercó cordialmente a tomar su orden—... Pensé que sería genial ir los dos —sonrió mientras la muchacha se iba a preparar café y traer pastelitos para Taroo.

June dio un sorbo a su té verde antes de carraspear.

—Paso.

—¡¿Ah?! —gimoteó—. ¡Vamos, June!

Suspiró. La idea de pasar la noche de un viernes fuera de su aburrido dormitorio no sonaba tan mal, pero no quería andar por ahí en la noche cuando podía pasarla viendo maratones de anime mientras terminaba los bocetos de sus personajes.

—Tengo muchos quehaceres, ya sabes... —intentó zafarse, pero su mejor amigo frente a ella se cruzó de brazos y arrugó la frente enfurruñado.

—Puedes terminar los bocetos mañana o cualquier otro día con mi ayuda —chilló, la muchacha lo miró pidiéndole que baje la intensidad de su voz, lo que le hizo parecer un niño berrinchudo aún peor—. Por favor, solo hoy... ¡Por favor!

—Bien —puso sus ojos en blanco y se acomodó el abrigo sobre sus hombros, poco antes de sentir los labios de Taroo sobre su mejilla y nariz.

—¡Viva! —celebró dando golpes en la mesa—. Verás que será divertido —agregó mientras la mesera traía su orden con felicidad—. Ponte bonita, ¿bien? Aunque eso ya está siempre hecho porque eres de las mujeres más hermosas que han pisado este plane...

—Mejor come tu helado —estableció con voz serena June.

Ser amiga de Taroo Makoto requeriría una paciencia sobrehumana y paz interior para aguantar lo mucho que le gustaba a éste arrastrar a sus amigos a lugares extraños.