Un año después
Un ninja de cabellos negros y mirada alegre pero a la vez cansada caminaba de regreso a su hogar después de dos largas semanas de misión. últimamente las misiones eran más demandantes, aunque estaban en tiempos de paz, aún había ninjas poderosos allá afuera, no se comparaban a sus años de chūnin pero aún así era cansado, sintió un gran alivio al llegar a la puerta de su hogar, lo único en lo que podía pensar era en una buena comida y en un merecido baño (porque no es como que después de cada misión olieras a rosas).
Lee:¡¡ya estoy en casa amor!!-grito alegre mientras se quitaba sus sandalias para dejarlas en la entrada, pero al no recibir respuesta pensó que no había nadie-¿¡amor!?-cuando camino un poco más se encontró a su esposa sentada en la sala viendo la televisión, él muy feliz se acercó a ella y le quiso dar un beso pero ella lo detuvo con su mano.
Natsuki:apestas, date un baño primero-él lo comprendía no era la primera vez que ella odiaba que él llegara oliendo a pacuso.
Lee:lo siento, se me había olvidado...¿y Metal?-busco a su hijo alrededor de toda la sala pensando que ella lo tendría-Natsuki, ¿acaso Metal está en su habitación?
Natsuki:no, él está con Tenten-dijo a secas mientras subía él volumen de la televisión.
Lee:ya veo...bueno me iré a dar un baño ya regreso-entró a la habitación que compartía con su esposa para dejar su mochila y quitarse la ropa sucia, no se preocupaba por Metal más de una vez se había ido con su tía Tenten a ella le gustaba mucho cuidar de él y él estar con ella.
Salió de bañarse y se colocó una ropa simple para estar descansando en casa, cuando volvió a la sala su esposa ya estaba tomando sus cosas para irse, eso lo sorprendió mucho.
Lee:¿a dónde vas?-preguntó algo triste porque no era la primera vez que lo dejaba sólo.
Natsuki:con una amiga, ahí tienes comida de ayer calientala, adiós-sin decir más se dio la vuelta para la puerta y se fue, suspiro para ir a la cocina y abrir el refrigerador encontrándose con esa dichosa comida.
La calentó y se sentó a comer sólo como siempre, desde hace unos meses esa era su vida; su esposa se volvió muy distante desde que nació su pequeño rayito de alegría Metal Lee, por alguna razón siempre trataba de ser lo más distante con él pequeño y con él incluso, nunca entendió esa razón pero suponía que seguía asustada por ser madre.
Decidió ir con Tenten para ver a su pequeño rey, lavo su plato y todo lo que necesito y tomó otro par de sandalias para irse a la calle.
Tenten:que guapo-bromeó la mujer al verlo entrar a su tienda tan poco arreglado.
Lee:siempre-le guiño el ojo haciendo que la castaña riera un poco-¿dónde está mi pequeño niño hermoso?-decía viendo a su hijo en los brazos de Tenten.
Tenten:aquí, mira ya llego papá-decía mientras cargaba al pequeño mini-Lee hacia su padre, él pequeño ya contaba con casi 6 meses de edad y parecía un pequeño torbellino cejudito, Lee no podía distraerse ni un segundo porque su hijo ya bien podría estar en la aldea de la niebla.
El pequeño al reconocer a su padre extendió sus manos y comenzó a balbucear un montón de cosas mientras reía.
Lee:¡te extrañe mucho mi pequeña bestia!-lo abrazó y le hizo pequeñas cosquillas para luego lanzarlo y volverlo a cachar haciendo que él pequeño soltara carcajadas-espero que tu día no allá sido muy difícil cuidando a este pequeño revoltoso.
Tenten:¿día?, ajajja la semana fue pesada con él aquí-ese comentario hizo que a Lee se le borrará la sonrisa.
Lee:¿cómo que semana?-preguntó serio.