Celos injustificados

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Exhalaba con total calma aquel humo de sus pulmones. Como pocas veces hacía, decidió darse unos minutos para fumar un cigarro antes de ingresar a clases, manteniendo su espalda recargada sobre la pared de ladrillos junto a la puerta de entrada a la institución.

Sasuke había llegado quince minutos antes de que comenzara la primera hora de clase, ya que no había dormido nada y se había levantado antes de que su despertador sonara. Todo lo que vivió la noche anterior no había dejado de rondarle en la mente, impidiéndole conciliar el sueño.

La mirada acusadora y repleta de decepción por parte de su profesor le había traspasado el alma. Quizás no había sido buena idea besar a su amigo frente a él sólo por venganza. De seguro lo tomaría por un tonto inmaduro y, peor aún, debió arrepentirse de haber tenido sexo con alguien como él.

Por otro lado tenía un segundo problema: la ilusión de Suigetsu. Claro, éste había cumplido su tan ansiado sueño: besó al chico que tanto le gustaba. El Uchiha era ese amor platónico, inalcanzable, que le hacía perder la cabeza y le generaba muchas noches repletas de sueños húmedos. Y el azabache tenía total conciencia de ello. 

Incontables veces lo había mandado a la clásica "friendzone", excusándose con que él no se involucraba con amigos, con el motivo de evitar malos entendidos.

—Llegará tarde a la clase.

Aquella voz le hizo volver en sí. No se había dado cuenta de todo el tiempo que estuvo perdido en sus pensamientos, y ya faltaban tan sólo un par de minutos para comenzar la clase.

Miró en dirección a aquella persona que había interrumpido su momento de relax y sonrió ladino.

—Creo que ese no es su problema, ¿no? —soltó con arrogancia dándole otra calada a su cigarro.

—Debería evitar fumar —le aconsejó, ignorando su forma de trararle —. Es muy joven como para arruinar su salud —Sasuke lo miró con una ceja enarcada.

—Ese tampoco es su problema.

En sus miradas había demasiada tensión, podían decirse de todo sin tener que expresarlo verbalmente.

Naruto llevaba muchas carpetas entre sus manos, las cuales volvían su caminar un tanto incómodo, y estaba desesperado por llegar al aula pero, al haber visto al azabache tan pensativo, no pudo evitar acercársele. Quería mencionar lo que había pasado anoche pero no se sentía listo para hacerlo. Quizás lo mejor sería dejarlo pasar y olvidar el tema, dado que después de todo, ellos no tenían (ni iban a tener) ninguna relación especial. Sasuke es su alumno y así permanecería. Ni más ni menos que eso.

Al final de cuentas, fue bueno verlo besarse con Suigetsu, quién ciertamente es más adecuado para él.

El rubio volvió su vista al frente y, luego de soltar un "claro. Lo veo adentro.", continuó con su camino.

Sasuke suspiró un tanto desilusionado. Había pensado que SU profesor demostraría algo de celos, aunque sea un leve sentimiento posesivo hacia su persona, pero nada. Parecía no importarle el haber visto cómo se besaba con otro, y eso le producía frustración. Su ego estaba siendo pisoteado por la indiferencia con que fue tratado, y eso le encendía una pequeña llama de venganza en su interior.

Pese a lo molesto que se sintió al saber que Naruto era un hombre casado, no pensaba dejar las cosas como un par de cogidas y ya.

Lanzó la colilla al suelo para pisotearla, se acomodó la mochila al hombro y, antes de ingresar, soltó por lo bajo:
—Ni crea que se va a librar tan fácilmente de mí.

Por suerte, hoy sus clases serían dictadas únicamente por el profesor Uzumaki. Y eso era algo bueno para Sasuke.

•••

NaruSasu: Prohibidas Enseñanzas [AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora