NaruSasu: Prohibidas Enseñanzas [AU]

Enséñame a amar

—En serio, amigo —volvió a reír el albino mientras se mantenía recargado contra la pared del patio trasero del instituto universitario —. No me esperaba algo así.

—No es lo que parece, no empieces a decir estupideces —gesticuló su enfado por la inesperada intromisión de su amigo en el baño, encontrándoles en aquella situación tan obvia.

Por ello, durante el receso, Sasuke lo había encarado y le había pedido hablar un momento a solas. No podía dejar pasar el tiempo, a sabiendas de que Suigetsu estaba al tanto de su "relación" con Naruto. 

—No intentes engañarme. Te conozco de hace tiempo, Sasu —añadió de manera presumida y relajada mientras sonreía de lado —. Aunque he de admitir que te pasaste esta vez. ¡Cogiste con un maldito profesor! Eso sí que es un nuevo récord para ti.

El Uchiha, cansado de la irritable actitud de su compañero, lo tomó firmemente de la camisa y lo atrajo con violencia hacia su cuerpo.

—Ya cierra la puta boca —su oscura mirada estaba cargada de ira —. Dime, ¿qué quieres? ¿Cuánto vale tu silencio? —tenía que ponerle un fin a esto de una vez.

Sin quitar la arrogante sonrisa de su rostro, Suigetsu respondió:
—Bueno, creo que estamos entendiéndonos...—su mirada se afiló —. Y supongo que sabes lo que quiero.

—¿Todo esto es porque quieres follar conmigo? —soltó con desagrado —. Me sorprende lo desgraciado que puedes llegar a ser.

—Oh vamos, Sasuke, prácticamente le abres las piernas a medio mundo...no me digas que ahora te da vergüenza hacerlo conmigo —dejó salir una carcajada forzada mientras fingía mirar algo en su móvil —. ¿O me confesarás que eres exclusividad del profe y sólo le entregas tu lindo traserito a él...?

Ante la irónica pregunta, que más bien resultaba ser un estilo de hipótesis, Sasuke desvió la mirada y se mordió el labio inferior. No respondió.

En ese momento, como si fuera lo más gracioso del mundo, el albino comenzó a reírse de tal forma que el Uchiha tuvo que aflojar el agarre.

—¿De que te ríes, idiota?

—No lo puedo creer...¡te enamoraste! ¡El hombre más deseado y liberal de la universidad se encariñó con el profesor Uzumaki! Esto sí que es toda una sorpresa viniendo de ti.

Sasuke se abalanzó sobre él para volver a tomarlo del cuello de la camisa. Eso había sido todo, lo pondría en su lugar.

—Si te sigues burlando juro que romperé la puta cara —dijo con rudeza —. Yo no me enamoré de él. Sólo utilizo a Naruto para satisfacer mis necesidades sexuales y ya. Sólo es un pasatiempo, nada más. Un simple juego, el cual puedo finalizar cuando se me dé la gana, ¿de acuerdo?

—Bien, entiendo —trató de calmarle —, y te creo, Uchiha.

El azabache lo soltó y se acicaló nervioso el cabello.

—Pero la condición para mantener mi boca cerrada, permanece firme —aseguró, consciente de que él tenía el control de la situación.

—No puedo creer que seas capaz de chantajearme.

—Oye, si lo dices así suena muy mal —comentó fingiendo sentirse afectado —. Pero sí, todo tiene un precio en esta vida —se alzó de hombros.

—Tsk —frunció el ceño. Estaba acorralado, no le quedaban muchas opciones a su favor.

—Si quieres que tu futuro y el de tu profesor favorito siga intacto, deberás cumplir con tu parte del trato.

—De acuerdo —finalizó, con su orgullo perdido —. Pero sólo será una vez. Y después olvidarás todo este asunto.

El albino se acercó a él, le dio un fugaz beso en la comisura de los labios y, dándole un apretón de manos, le susurró:
—Trato hecho. Sasuke Uchiha, serás mío por una vez.