NaruSasu: Prohibidas Enseñanzas [AU]

En privado

—Buenos días a todos —saludó el profesor con seriedad al ingresar al salón. Su semblante se veía agotado, como si no hubiera podido descansar en toda la noche. De hecho, así había sido, dado que cierto alumno no había salido de su mente con el pasar de las horas. Tuvo que tomarse como tres tazas de café para poder despabilarse y comenzar su día, pero sus ojeras lo delataban.

—Espero que hayan podido terminar el trabajo que les dejé ayer —agregó al tomar asiento junto a su escritorio —. Deberán entregármelo antes de finalizar la clase —fue sacando su carpeta y agenda del portafolio.

Había evitado, a propósito, hacer contacto visual con Sasuke, pero éste era experto para captar la atención de quien sea.

—Entregaremos lo que usted quiera cuando lo quiera, profesor —le dijo el joven desde su lugar junto a Suigetsu, con una mirada cargada de significados que sólo Naruto podía comprender. El plan de Sasuke se acaba de activar: tener al profesor rendido a sus pies.

Naruto frunció el ceño clavando sus ojos en los contrarios por un instante, para luego bajar la vista hacia sus anotaciones.

—Hoy veremos un nuevo tema, por favor abran en la página 25 del libro —ignoró por completo al azabache. Que hayan tenido sexo no significaba que fuera a seguirle el jueguito, al menos tenía que recuperar un poco su autoridad y, en lo posible, su profesionalismo también.

Mientras tanto, todos hicieron lo que se les pidió sin chistar, después de todo dependían de él para aprobar el año.

Naruto se levantó de su asiento y comenzó a hacer unas anotaciones en la pizarra al tiempo que explicaba, y los jóvenes iban copiando en sus cuadernos lo que consideraban más importante. A excepción del Uchiha, quien no dejaba de contemplar con deseo el tonificado trasero del rubio que se marcaba aún más debajo de la tela de su pantalón de vestir, cuando éste estaba de espaldas a ellos al escribir en aquella pizarra blanca.

Con sus mejillas calientes, Sasuke mordía seductoramente la punta de su bolígrafo. Quería tocar a ese hombre. Necesitaba hacerlo. Quería aferrarse a él mientras éste lo penetra sin piedad, tal cual había sucedido ayer.

—Oye, deja de mirarlo así. Por poco y comienzas a babear, Sasuke —su mejor amigo le interrumpió el pensamiento, haciéndole fastidiarse inevitablemente. Aunque, en el fondo, debía agradecerle que le estuviera poniendo un freno a sus lujuriosas ideas, ya que si seguía así terminaría por ganarse una erección en medio de la clase.

—Cállate —gruñó por lo bajo y, sin dirigirle la mirada, comenzó a anotar cosas en su cuadernl —. Yo miro al profesor como se me da la gana.

—Como tú digas —elevó una ceja y luego volvió su vista al frente —. Aunque no te culpo, a muchos de seguro les gustaría tenerlo entre sus piernas...

El Uchiha prácticamente lo asesinó con la mirada y en seguida lo tomó de la manga de su camisa, casi a la altura del hombro, para atraerlo más hacia él. Suigetsu se sorprendió por el repentino actuar de su amigo, sintiéndose bastante intimidado ante su profunda mirada.

—Nadie va a tenerlo entre sus piernas. Deja de decir idioteces y evita seguir fastidiándome.

Naruto notó que algo sucedía entre sus dos alumnos, por lo que se giró y dio un par de pasos hacia el frente.
Podía percibir cierta tensión entre ambos, como si en cualquier momento fueran a agredirse.

Y debía evitar cualquier disputa durante su clase.

—¿Sucede algo, alumnos? —preguntó cruzándose de brazos —. Por si no se dieron cuenta, estamos en clase.

—No pasa nada, todo bien. Sasuke y yo sólo teníamos una diferencia de opinión pero ya está todo resuelto —aclaró Suigetsu, la verdad que no quería ganarse una reprimenda ni una mancha en su legajo, mucho menos por tonterías.