Podía percibirse la fuerte rivalidad entre ambos. Naruto y Suigetsu parecían sacarse chispas al mirarse con tanta tensión, peleando por quién sería el que permanecería en esa casa.
Finalmente, el albino fue quien desistió, por ahora, porque eso no significaba que fuera a darse por vencido.
—Esto no va a quedar así, Sasuke —le susurró al oído tras acercársele, y luego le besó descaradamente la mejilla, produciéndole un escalofrío en todo su cuerpo. Todo con la intención de seguir provocando al rubio que no dejaba de mirarle con cierta advertencia, algo que Suigetsu decidió ignorar a propósito, aprovechando entonces a subir la apuesta al tomar la mano de su amigo y sonreírle con atrevimiento. Sin embargo, por dentro estaba más que frustrado, el Uchiha ya debería estar revolcándose salvajemente con él. El maldito profesor había arruinado todo...
Finalmente, Suigetsu se despidió e Itachi lo acompañó hasta la puerta, dejando a los enamorados a solas para que pudieran hablar de lo que acababa de pasar.
—Entonces...—comenzó a decir el azabache un tanto sonrojado —, ¿me ama de verdad?
En respuesta, el mayor lo tomó del rostro y le dio un fugaz beso en los labios.
—Por supuesto que sí —aseguró rebosante de alegría e ilusión —. Y pienso dejar todo por ti, Sasuke.
—Pero, su esposa...
—Sí, aún debo decírselo —confesó algo abatido, aunque su felicidad seguía intacta —. Pero lo haré ni bien pueda. Ella lo comprenderá, 'ttebayo.
—¿Y las clases? —Sasuke estaba inquieto por muchas cuestiones, sabiendo que el rubio tenía bastante que perder. Es decir, ahora se sentía igual o aún más feliz que Naruto, pero no iba a ser tan egoísta como para no contemplar lo mucho que podría arruinar su vida y todos sus sueños, no soportaría ser la razón de su infelicidad futura.
—Tú no te preocupes por nada de eso —le dio un suave beso en la frente —. Yo encontraré la forma de equilibrar mi vida y mi profesión de alguna manera.
Sasuke sonrió, tratando de dejar sus inseguridades de lado. Tampoco deseaba arruinar el momento.
Dicho esto, volvieron a besarse. Ahora era un beso más apasionado, más desesperado. Sasuke se abrazó al cuello del profesor y éste lo alzó haciendo que enredara las piernas a su cadera, mientras continuaban comiéndose la boca. De esa manera se adentraron a la habitación del joven, dónde Naruto lo llevó hasta su cama luego de cerrar la puerta y lo dejó caer con cuidado posicionándose sobre él. Lo besaba como si no hubiera un mañana, quería demostrarle que todo lo que sentía era absolutamente real. Profundizó el beso al meter su lengua en la boca contraria, deleitándose con la suavidad de aquella húmeda zona de su alumno. Bajó una de sus manos hasta el borde del pantalón y la metió por debajo de la tela para acariciar su entrepierna. Sasuke soltó un gemido ahogado ante aquella provocación en su miembro, el cual comenzaba a ponerse duro y exigente. El menor arqueó la espalda al percibir como el otro simulaba embestidas con su cadera mientras le daba placer manualmente.
—Ahhh...Naruto...—gimió mordiéndose el labio cuando el rubio se dedicó a besar su cuello a la vez que succionaba pequeñas partes de su piel.
Sasuke abrió sus piernas y permitió que el rubio tuviera mayor comodidad para friccionar su pelvis contra la suya. El calor era tal que cada centímetro de piel quemaba, pero sabía que aún faltaba mucho, que a penas estaban empezando, y que ni siquiera estaban cerca de cruzar los límites de la excitación...
Fue quitándole la camisa, desabotonándola con cierta torpeza ante la desesperación por sentir más de su cuerpo, mientras Naruto continuaba masturbándolo. Una vez abierta, rozó con las yemas de sus dedos cada recoveco de piel del tonificado abdomen del mayor. Rasguñó y marcó, tanto la zona de su espalda como la de su pecho. Al fin ese cuerpo le pertenecía, al fin no sería compartido con nadie.
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NaruSasu: Prohibidas Enseñanzas [AU]
FanfikceUn profesor y un alumno llevarán a cabo una indecente relación, traspasando los límites de la ética y la moral, rompiendo los códigos y reglas académicas. Sin importar lo que es correcto, ellos se entregarán a la pasión incontenible de sus cuerpos...