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(Capítulo largo. MUY LARGO)
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Han escuchado la frase "Duerme como angelito/a" Siempre dicen eso. Pero, jamás han visto a un ángel dormir.

Emory estaba aplastado cuál huevo estrellado en la cama, con la boca abierta y la baba saliendo. Se despertó porque sintió como un pelo se le metió a la boca por lo largo que estaba.

El angelito despertó y vio a su alrededor. No había nadie en la habitación.

- Hora de empezar el día.- dijo el peli azul bostezando.

Emory se levantó de la cama y se puso unas pantuflas que Yugo le prestó.

Le quedaban grandes. Pero que se le va hacer.

Emory se miró al espejo. Su cabellera oceánica parecía un árbol.

Pelos por aquí, pelos por allá.

- Que paja peinarme...¿Desde cuándo me volví Argentino?- se dijo a sí mismo el ángel.

Emory chasqueó los dedos y, el pelo se acomodó solo. Luego, aparecieron unas manos mágicas y le dieron una cachetada para despertarse. Y vaya que si funcionaron.

El peli azul se aseguró que no hubiera nadie cerca ni pasando por ahí. 

Una vez que se aseguró que estaba solo, dio un giro para cambiarse.

Todavía no dominaba esa habilidad. Así que, cada vez que lo hacía, terminaba completamente desnudo.

- Rayos. ¿Cuándo dominaré está habilidad?- se dijo a sí mismo mientras lo volvía a intentar.

Después de el décimo intento, logró materializar ropa.

Pero la equivocada.

Emory estaba parado en medio de la habitación, con un sombrero de bufón, un brasier MUY grande, una mini falda y zapatos de payaso.

- ¿Really?- se dijo a sí mismo, mientras chasqueaba los dedos para corregir su ropa.

Ahora sí. Tenía un overall azul océano, unos tenis blancos y abajo del overall, un suéter blanco con rayas negras.

Como él usa lentes de contacto y es muy despistado, los perdió y no ve un carajo con eso. Así que, siempre viene preparado.

Buscó en su mochila difícilmente, (porque no veía nada) hasta que encontró sus lentes redondos metálicos. Emory se los puso y ya podía ver con claridad el mundo.

El pequeños ángel se miró con detalle en el espejo. Se veía muy lindo, a decir verdad.

Se veía como el típico niño que se viste tiernamente para ir al colegio, pero le hacen bullying. Luego conoce a otro niño y resulta que es gay y-

Awanta ke-

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Emory bajó las escaleras y fue hasta el comedor, donde todos estaban desayunando.

- Buenos días, dormilón.- le dijo Alibert, ya todo viejo y podrido.

(XD)

- Buenos días.- respondió con su típica voz chillona mientras se tallaba el ojo izquierdo.

- Ven, siéntate. Ya está el desayuno.- dijo Yugo mientras señalaba una silla.

Emory llegó hasta la silla que CASUALMENTE era muy grande. O la silla era muy grande o Emory era muy pequeño de estatura.

Tal vez las dos.

Pero logró subirse.

- ¿Hm? ¿Y Adamai?- preguntó curiosamente el angelito.

Wakfu: Entre luz, dolor y anillos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora