Sam se abrió paso entre los adolescentes bailando con la música a todo volumen. Tenía que salir de allí. Tenía que alejarse de ella. Él mismo sabía la verdad, y no podía dejar que su poder lo consumiera de aquella forma. Caminó entre las personas, tratando de localizar la puerta de salida. León se acercó a él casi sin que se diera cuenta.
-¡¿Le dijiste?!-le preguntó León, alterado.
-No se de que hablas-mintió Sam, tratando de esquivarlo. León a veces podía ser demasiado insistente, demasiado astuto para descubrir las mentiras.
-Te dije que no vinieras. Te vi salir tras ella al jardín.-dijo el rubio-Dime por favor que no le dijiste…
Sam meditó su respuesta por unos momentos. El otro joven se mostraba desesperado, como si parte de su bienestar dependiera de la respuesta de Sam.
-No-le respondió-No le dije nada. No sabe la verdad.
León pareció aliviado y retrocedió un par de pasos.
-Se que si supiese la verdad se alejaría de nosotros-continuó Sam-Pero no pude… no pude decírselo.
-Mejor así-dijo León-No quiero que se aleje.-agregó.
Sam pareció molesto, y reflejando cierto desafío en su mirada.
-Eres un imbécil-le dijo-No se exactamente que pretendes, León, pero más vale que no sea lo que creo. Nunca serás humano, olvídate de eso... De todas formas, ella es…-Sam se detuvo de repente.
-¿Tuya?-completó León, con tono burlón y enojado al mismo tiempo.-No es necesario que así sea-dijo este.-Las cosas pueden cambiar, nada está escrito, aunque estés convencido de lo contrario. Dos pueden jugar el mismo juego.
Ambos se miraron por un rato, retándose con la mirada. Finn apareció detrás de ambos.
-¿Qué sucede?-preguntó, al ver las expresiones en los rostros de sus compañeros.
-Pregúntale a este idiota-dijo Sam, señalando a León-Hará que nos descubran. Nos encontrarán, y tendremos que regresar…
La expresión de Finn se volvió de horror puro en un instante.
-Eres un completo imbécil-le espetó Finn a León, dejando entrever un temor verdadero.-Si nos llegan a descubrir...
-No lo harán-respondió León-Siempre y cuando Sam deje de ir por ahí queriendo decirle la verdad a cierta chica.
-¿Emily?-inquirió Finn.
-Emily no es solo "cierta chica"-el tono de voz de Sam sonaba cada vez más indignado.-Pero no te preocupes, no le diré la verdad, seguiré actuando como un cretino para que me odie mientras tu intentas que se fije en ti, porque también la quieres, pero a diferencia de mí, no te importan las consecuencias.
Sam miró a León una vez más, con ojos desafiantes, y al final se alejó caminando y salió de la fiesta.
Emily seguía sentada en el borde la piscina, sola, aburrida, frustrada, pensando en todo lo que Sam había dicho, y sin encontrar sentido alguno en las palabras del chico. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Por qué Sam era tan… rarito?
“¿Por qué rayos sigo yo aquí?” pensó. “Ya debería haberme ido a casa.”
-¿Qué haces aquí?-preguntó una voz a sus espaldas. No recordó el nombre al principio, pero luego lo reconoció. Cabello castaño. Alto. Ojos que reflejaban curiosidad y,,, ¿mierdo?.
-Finn-dijo al final.-Nada, es que…-se detuvo. No valía la pena explicar que no conocía a casi nadie allí, que estaba totalmente aburrida y fuera de lugar. En lugar de eso, preguntó-¿Por qué Sam actúa tan extraño?
Emily se dio cuenta que había soltado la pregunta de repente, sin tener siquiera una relación de confianza con Finn como para andar queriendo sacarle información. NO. Ella merecía saber, merecía esa información. Esperó a que el muchacho le respondiera. Este no dejaba de mirar hacia un lado y hacia otro, como nervioso, como si alguien estuviera a punto de saltar sobre él e intentar apuñalarlo. ¿Sería posible que todos fueran tan anormales?
-No lo sé.-respondió al fin-Es así…
Ella negó con la cabeza.
-No lo conozco, pero puedo afirmar que no siempre es así-dijo ella-Además, dijo algo sobre tener que fingir odio hacia mí, y…
-Está algo loco-dijo Finn, algo alterado, interrumpiéndola.-Olvida lo que te dijo, ¿vale?
Emily vaciló unos instantes.
-Bien…-dijo entonces-Si nadie piensa explicarme que sucede, será mejor que me vaya y lo averigüe por mi cuenta.
Finn volvió a mostrar una expresión ¿asustada? “¿Es que a todos en Summer Beach les falta un tornillo?” pensó Emily. El muchacho simplemente se levantó y entró de nuevo a la casa rápidamente.
Emily estaba a punto de levantarse para irse, cuando de repente sintió que algo se le aferraba a su brazo derecho. Algo que salía del agua de la piscina.
-¿Qué rayos…-comenzó a decir, y se detuvo al ver que lo que fuese que la estaba sujetando era prácticamente invisible. Era como si el viento le envolviera el brazo con fuerza y jalara de ella hacia la pileta.
Antes de siquiera darse cuenta, sintió como se sumergía en el agua, y algo la hacía caer más y más al fondo. Intentó gritar, y solo salieron burbujas de su boca. Comenzó a intentar nada hacia arriba, pero era inútil. Algo la empujaba hacia abajo.
Sintió como el agua comenzaba a entrar en sus pulmones, y como empezaba a faltarle el aire. Se mareó, y creyó que iba a desmayarse. Pateó el fondo para tomar impulso y salir a la superficie, pero ese algo, esa “fuerza misteriosa” la retenía. Se estaba ahogando.
Entonces vio algo que nadaba hacia ella. No algo, sino alguien. Cabellos oscuros y ojos esmeraldas.
-Sam…-intentó decir, pero no le salió nada. Sintió sus ojos cerrándose, y luego todo se volvió negro.
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Nuevos amigos
Novela JuvenilEl principal objetivo de Emily al llegar a Summer Beach es hacer nuevos amigos. Conocerá a un grupo de chicos muy particulares que ocultan un oscuro secreto, que ella se dispondrá a averiguar, cueste lo que cueste. ¿Que es lo que esconden León, Sam...