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Luego de la conversación con la señora Min, Jimin subió hacia el cuarto que compartía con Yoongi, para encontrarlo sólo con los pantalones de pijama y haciendo señas con enojo al verlo entrar sin tocar.
El rubio no detuvo su paso hasta abrazarlo, apretando al chico contra sí, intentando borrar de su cabeza la idea de que su amigo habría estado muerto.
Yoongi estaba confundido, pero dejó el abrazo porque le gustaba cuando Park lo abrazaba así de bien.
Hizo una seña con la mano para preguntar qué le pasaba.
Jimin se avergonzó cuando reaccionó en lo que había hecho e intentó apartar la mirada del pecho desnudo de Yoongi.
—Eh, no, no, nada, es que... —no podía decirle lo que había pasado, sabía que a Yoongi no le gustaba hablar del tema—, soy muy afortunado de tenerte —murmuró, ocasionando que el rubor subiera a las mejillas de ambos.
Yoongi se colocó la remera del pijama y le hizo una seña a Jimin para que él se agachara un poco, quedando con el rostro a su altura.
Un poco confundido, Jimin se inclinó hacia él.
Un poco más confundido cuando Yoongi se acercó para dejar un beso en sus labios, no supo qué decir durante varios segundos.
—Yoon... —el castaño colocó un dedo sobre los labios de Jimin, haciéndolo callar.
El rubio lo vio llevar otro dedo a sus delgados labios, que tenían una pequeña sonrisa, haciendo el movimiento de "shh" pero sin el sonido.
Y como si nada, se metió en su cama, dándole la espalda a Jimin, dejándole entender que no hablarían del tema.
Jimin suspiró, tragando todo lo que quería decirle, tocó gentilmente sus labios, pensando que había sido bendecido.
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