¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¡Estoy viendo doble! —gritó Jungkook al ver a los Park.
En sus años de amistad, apenas había visto a Jihyo una cuantas veces, y el mayor tiempo que habían estado hablando habían sido unos diez minutos en el cumpleaños de su amigo.
El pelinegro venía trayendo a Taehyung, quien estaba con el ceño fruncido y un ligero mohín.
Si había algo que Taehyung más odiara, era que lo llevaran, él podía andar solo.
El chico de la silla estaba tan molesto que ni siquiera saludó a los demás, se quedó de brazos cruzados y mirando al suelo.
—¿Ya buscaron nuestra cabaña? —preguntó Jungkook.
—Los estábamos esperando —dijo Jimin, tomó su bolso, levantándose del banco donde estaban acomodados.
—Ahora ya se agarraron las mejores —se quejó Jungkook, haciendo un puchero.
—Deja de quejarte, recién llegas —le dijo Jimin, se volteó para mirar a Yoongi, quien se levantó rápidamente y cargó con esfuerzo su bolso.
—Yoonie —Taehyung hizo que los pasos del chico mudo se detuvieran.
El pelinegro palmeó su regazo.
—Pon tu bolso aquí —dijo, notó que Yoongi iba a negarse con sólo su mirada—. No te preocupes, no las siento.
Yoongi ladeó la cabeza, haciendo una mueca, preguntando si en serio hacía esos chistes tan feos.
Taehyung soltó una risa.
—Como quieras —murmuró finalmente, comenzó a tirar de sus ruedas, avanzando hasta su lado para acompañarlo en su caminar hasta la cabaña.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
