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Se encontraba echado en la cama de- su ahora nueva cama (puede que nunca se llegara a acostumbrar completo a eso), mientras sus ojos veían la pantalla del televisor y una escena de su serie favorita se reproducía en ella. Estuvo haciendo eso por unas cuantas horas (casi tres episodios), en un intento de encontrar algo con lo que distraerse antes que Luke llegara del trabajo, pero su cabeza seguía en otro lugar.

Nunca fue de las personas que pensaban demasiado en las cosas. Lo mejor que podía hacer era dejarlas pasar, especialmente sabiendo que eso no ayudaba para nada a sus problemas mentales. Pensar demasiado no era lo suyo, y a la vez no era algo que se permitiera hacer demasiado. Pero, no creyó que eso se volviera un problema hasta que comenzó una relación. Estaba seguro que jamás tuvo que lidiar demasiado en mantener su mente ocupada para no pensar en otra persona como ahora.

En su cabeza lo único que saba vueltas (cuando no estaba en el trabajo o con Calum) era Luke. Lo que veía al cerrar los ojos era el azul de los de él, escuchaba su risa o recordaba los momentos favoritos que pasaron juntos en el día. Cualquier lo vería como algo obsesivo, pero no podía evitarlo. Había caído demasiado profundo por ese chico, y no era algo de lo que se arrepintiera para nada. El único problema era que, para este punto estaba seguro que lo conocía demasiado que sabía cuándo era que  algo andaba mal, y su mente solo parecía recopilar esos momentos que lo notó diferente, para unirlas en una clase de rompecabezas.

Luke últimamente se encontraba algo distraído. Cuando estaban juntos era el mismo, en el momento que estaban rodeados en la comodidad de su cama, cuando tenían relaciones o simplemente disfrutaban estar con la compañía del otro. Pero, en el momento que él se encontraba solo se desconectaba, su cabeza parecía estar en otro lugar. Su mirada se perdía, sus acciones eran algo lentas y torpes (más de lo normal), su expresión era pensativa, hasta triste, y casi siempre era agarrado completamente desprevenido cuando alguien le hablaba o un sonido fuerte se presentaba.

Lo fue notando el día siguiente de la visita que hicieron con sus padres, cuando él llegó del trabajo y se dejó caer en el sofá de la sala. Se veía completamente abatido, y no como si hubiera tenido una clase de arduo día en el trabajo (porque, conocía la diferencia), más bien, como si todo lo que había pasado estuviera cayendo como un balde de agua fría sobre su cabeza. Intentó no sofocarlo con preguntas y solo estar a su lado cada vez que lo veía de esa manera, acariciando sus cabellos o su piel, para hacerle saber que se encontraba ahí y estaba dispuesto a escucharlo. Pero, para este punto, ya habían pasado casi tres días de eso, y se estaba preocupando.

Ni siquiera podía comer las golosinas que le regaló la madre de Luke a gusto por estar pensando demasiado en qué era lo que estaba poniendo a su novio de esa manera. Estaba preocupado, porque no le gustaba ver a su novio de esa manera. Era como si pudiera sentir su dolor, angustia y tristeza. Tal vez, empatía, o algo más fuerte que eso.

Estuvo por seleccionar el siguiente capítulo de su serie, cuando escuchó la puerta de la entrada abrirse, provocando que apagara la televisión rápidamente y se enderezara en la cama. Escuchó los descalzos pasos acercarse por el pasillo, para que una cabeza con rulos desordenados se asomara por la puerta de la habitación.

Luke le dio esa forzada sonrisa cansada, para luego soltar un suspiro en el momento que se dejaba caer en su cama y comenzaba a desabotonar su camisa. Gateó hasta que dar a su lado, sentando al borde de la cama, para luego escanearlo con la mirada y notando por debajo de su cansada mirada, esa tristeza que lo estuvo siguiendo estos últimos días.

—¿Ocurre algo, cariño? —preguntó Luke, usando ese tono amoroso aunque estuviera completamente decaído por dentro. Eso solo lo hizo sentir una presión más fuerte debajo de su pecho.

—Habla conmigo —pidió. Eso fue suficiente para que la mirada del chico fuera hacia la suya en el momento que dejaba su camisa resbalar por los hombros. Él lo miró confundido, aunque posiblemente supiera en el fondo a lo que se refería —. Sé que algo está pasando. Te conozco.

Fight So Dirty But Your Love So Sweet [muke]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora