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Jun fue el más emocionado al enterarse de nuestra relación. No se cansó de repetir que él había tenido razón, en toda una semana.

Con el paso de las semanas, comenzamos a salir en citas triples. Era increíble todo lo que Soonyoung había traído a mi vida. Su sola presencia provocaba en mí tantas y tantas cosas, que no podía describirlas con palabras.

— Minghao — me habló mientras caminábamos de regreso a nuestras casas luego de una jornada agotadora de clases.

— ¿Hm?

— ¿Quieres ir al cine?

— Claro. Será divertido.

Sentí un ligero apretón en la mano que se entrelazaba con la suya, y antes de poder voltear a verlo ya estaba hablando de nuevo.

— Sólo tú y yo

Solté una risa sin poder evitarlo. Soonyoung era tan adorable.

— ¿Te has cansado de compartirme con tus amigos?

— ¡Yah! Es sólo que hace mucho no salimos sólo nosotros dos.

— Lo sé — le acaricié el dorso de la mano con mi pulgar.

Él tenía razón. Desde que sus amigos y los míos sabían de lo nuestro, se apuntaban en nuestras citas o nos apuntaban en las suyas, y no era como si no nos agradara, pero habían momentos en los que queríamos ser sólo nosotros, sin nadie más de por medio y era estresante tener a nuestros amigos ahí.

— ¿Te veo a las cinco en la plaza de siempre?

— Vale

Nos separamos para que cada uno tomara su camino.

Al llegar a mi casa, saludé a mi mamá (quien asombrosamente había tenido el día libre) y subí a mi habitación para hacer la tarea (o lo que alcanzara). Agradecía que fuera viernes, pues si no terminaba toda la tarea, podía hacerla al día siguiente o el domingo.

Calculé el tiempo y por suerte alcancé a terminar todo antes de que fuera hora de darme una ducha.

Estábamos en primavera y por el día se estaba bien con una camiseta de manga corta, pero ya en la tarde refrescaba. Me puse una camiseta negra de manga corta, un pantalón negro y unos tenis cualquiera. Decidí tomar una chamarra ligera por si llegábamos a tardar más de lo esperado.

Tomé mi celular, llaves (sólo por si mi mamá llegaba a salir antes de que yo llegara) y billetera. Bajé hasta la sala donde mamá leía un libro. Me despedí de ella y salí de mi casa.

Llegué cinco minutos antes que Soonyoung. Él venía con un pantalón negro, unos tenis del mismo color y una camiseta blanca, sin dejar de lado que una gorra posaba sobre su cabeza cubriendo su rostro del sol (y haciéndolo lucir realmente bien).

— Hola — me saludó en cuanto estuvo frente a mí.

Me acerqué y le di un pequeño beso en los labios.

— Hola. ¿Tienes hambre? ¿Comiste antes de venir? ¿Quieres que vayamos primero a comer algo?

— No comí, me puse a hacer la tarea. Y para ser sincero, sí tengo bastante hambre — dijo haciendo un puchero y yo sólo atiné a morir internamente de la dulzura y dejar un beso en la punta de su nariz.

— Vamos a comer

— Vale

Entrelacé nuestras manos como tanto me gustaba hacer y caminamos hasta un restaurante de comida rápida. Pedimos una hamburguesa y papas fritas para cada uno y una gaseosa para mí porque a él casi no le gustaba.

Comimos con tranquilidad. De vez en cuando me robaba sorbos de la gaseosa y yo le hacía burla diciéndole que se comprara una.

Decidimos caminar un rato para bajarnos la comida, nos entretuvimos entrando a tiendas de todo, incluso llegamos a probarnos ropa que sabíamos que no compraríamos.

Ya eran las siete menos diez cuando entramos al cine.

— ¿Qué película quieres ver? — le pregunté mirando la enorme cartelera frente nuestro.

— No lo sé... ¿La noche del demonio?

— Vale. ¿Vas a querer palomitas o alguna otra cosa?

— No. Aún estoy lleno.

— Entonces compremos las entradas.

Elegimos la función de las siete, no podíamos darnos el lujo de elegir una más tarde.

Decir que Soonyoung había gritado era poco. Casi estábamos compartiendo asiento, arrugaba mi chamarra casi hasta ahocarme, pegaba brincos que lo pegaban más a mí y soltaba gritos que me hacían brincar del susto.

Era tan adorable aún enojado porque le hacía burla por lo miedoso que era. Pero es que lucía tan lindo y pequeñito que no podía evitar sufrir comas diabéticos.

Salimos del cine y la noche nos recibió con los brazos abiertos. El aire soplaba tranquilo pero fresco. Sabía que había hecho lo correcto al agarrar mi chamarra.

— Por poco muero en la sala del cine — dijo y yo me reí.

— ¿Por qué elegiste esa película si ese género te da mucho miedo?

— Creí que podría superarlo

— Sigue trabajando en ello

— ¡Yah! — no podía evitar molestarlo, era tan tierno sonrojado que me sentía desfallecer nada más verlo.

Caminábamos de regreso a mi casa, habíamos llamado a su mamá para avisarle que se quedaría a dormir conmigo, porque yo no estaba dispuesto a dejarlo irse solo y él tampoco estaba dispuesto a dejarme ir solo, y ella con una carcajada había aceptado. Era la primera vez que Soonyoung dormiría en mi casa; en realidad, era la primera vez que dormiríamos juntos y eso me tenía de alguna manera nervioso y ansioso.

El silencio de la calle era interrumpido por uno que otro auto que pasaba por ahí, las farolas hacían lucir el lugar de cierta forma tranquilo, pacífico, el clima era más frío y el manto estrellado nos cubría mientras la luna iluminaba radiante todo a su alcance.

Lo miré de soslayo un segundo. Y su cuerpo se estremeció por el aire que sopló.

Sin siquiera pensarlo, me quité la chamarra y le obligué a ponérsela. Él, refunfuñando, se la puso con un puchero en los labios, que desapareció cuando dejé un beso en este.

Desvió su mirada un momento hacia alguna parte de nuestro alrededor y sin que él lo notara, me adelanté unos pasos para verlo de frente, caminando de espaldas como aquella vez en la playa. Mi chamarra le venía grande, el cierre abierto dejaba a la vista su camiseta y las mangas le cubrían hasta los dedos. Se veía jodidamente adorable, hermoso, maravilloso...

— Te ves jodidamente hermoso con mi chamarra, Soonyoung.

Volvió su vista a mí y comenzó a reír tímido, sus mejillas estaban sonrojadas y sus movimientos fueron torpes.

Tan, tan, tan adorable.

Y tan, tan, tan mío.

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Razón número nueve para amar a Soonyoung: Su adorable timidez.

Razón número nueve para amar a Soonyoung: Su adorable timidez

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10 razones para amar a Soonyoung [HaoSoon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora