οκτώ

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14 de octubre del 2017

YoonGi besaba con desenfreno a la persona de bajo de él, era casi media noche y le propuso que se quedara.

Rozaban sus cuerpos aún vestidos, JiMin soltaba gemidos, al sentir la fricción de la erección de YoonGi con la suya.

JiMin era magia para YoonGi, era la vida entera, era la obra de arte más perfecta, aquella noche terminaron solo teniendo los boxers puestos, no pasó nada, se esperarían mutuamente, no era el momento, pero cuando llegara sería mágico, y demasiado bueno por todo el tiempo perdido.

19 de octubre del 2017

YoonGi despertó con dolor, con la cabeza revuelta, desnudo en su cama, y con YongSun sin ropa dormida a su lado.

Oh mierda...

Se levantó precipitadamente buscando sus boxers, no recordaba nada, miraba la figura de la mujer, quién dormía plácidamente.

El olor a alcohol era poderoso, la cabeza le daba vueltas y sentía que estallaría. ¿Qué había hecho?, YoonGi arruinó todo.

El palido estaba inmerso en la figura de la mujer que no logró escuchar la puerta, tal vez creyó que era su imaginación.

JiMin había entrado al piso, era la hora de su sesión, y a penas al abrir la puerta el olor a alcohol le entró por sus fosas nasales.

Caminó rápido hacia dentro del piso y vio a uno de los modelos en el diván, durmiendo, botellas de alcohol y colillas de cigarro por todo el piso, habían más modelos desparramados por el suelo, y JiMin en verdad se sentía confundido.

Escuchó un ruido en el baño y fue hacía él, se encontró con un chico rizado el cual tenía el cabello color azabache recogido en una pequeña coleta.

Aquel chico vomitaba, JiMin no sabía quien era, él no era uno de los modelos, estaba seguro.

El chico azabache giró a verle y pudo observar sus ojos negros profundos—. Lo siento —dijo JiMin y procedió a cerrar la puerta y nuevamente se escuchó los sonidos guturales.

El rubio estaba perdido, es como si hubiera habido una fiesta salvaje, con todos los modelos excepto con él, ¿y YoonGi?, dónde estaba, se comenzó a preguntar JiMin desorientado.

La última habitación que quedaba por revisar era la pequeña alcoba improvisada que había en el piso y ahí fue.

Vio a YoonGi solamente en boxers, observando a YongSun, la chica con la que trabajó hace muchos años.

JiMin se quedó estático, de pie, detrás suyo, paralizado.

La chica comenzó a moverse y tomó la sábanas para taparse el pecho, y lo primero que miró fue a YoonGi, y luego su vista viajó a JiMin.

—Oh, hola JiMin, nos agarras en un momento íntimo, regresas luego ¿vale? —y cuando YongSun pronunció JiMin, YoonGi giró a ver a la persona detrás suyo.

—Adonis —dijo YoonGi preocupado—. Esto... esto no es, amor, no se lo que pasó —trató de tomarlo entre sus manos.

JiMin se alejó con sus lágrimas a punto de caer—. YoonGi... —fue lo único que pronunció y sus lágrimas comenzaron a descender.

JiMin lloraba, y de todas formas era tan hermoso verlo llorar.

Corrió fuera del piso, corrió fuera del edificio, y corrió hasta cansarse, solamente pudiendo pensar en sus piernas doloridas.

YoonGi lo siguió de lejos, había perdido tiempo colocándose la ropa y lo perdió.

Lo perdió de vista y lo perdió de su vida.

Adonis ☪ yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora