Kohaku nunca fue una damisela en apuros, era fuerte –tanto físicamente como en sus creencias e ideas–, no era delicada (aunque eso no significara que deje de ser una mujer) y no era femenina –aunque le gustaran a veces, las cosas tiernas–.
Pero no por ello, no carecía de atractivo, de hecho, ella era bonita. Sólo era cuestión de arreglarse.
Era confiable y bastante leal, una persona con la que podías contar cuando estuvieras en apuros. Era honesta y observadora.
Y aunque a veces no lograba comprender las cosas que él decía, se esforzaba por entenderlo y lo apoyaba –aunque no veía con buenos ojos sus métodos rastreros–.
Kohaku no era una mujer encimosa, pero sí cariñosa. Es decir, ella no daba las mismas muestras de afecto a todos, sino que ese cariño lo podía demostrar de otra forma; como cuidándolos, hablándoles y estando al pendiente de ellos.
Era como una leona, protectora y dispuesta a cuidar de los suyos. (Aunque este apodo se lo dio primeramente para fastidiarla).
Así era Kohaku, peculiar pero agradable.
- ¿...Aún no duermes? – preguntó, un poco sorprendida. Él estaba frente a una mesa algunos planos extendidos en la mesa, con una lámpara alumbrando y con una manta cubriéndole la espalda.
- Lo mismo podría preguntarte, leona.
Kohaku bufó –. Tú deberías estar descansando – se cruzó de brazos, mirándolo con seriedad –. No deberías descuidarte, Senku.
- No puedo quedarme sin hacer nada. Lo sabes.
Senku debió haber previsto que Kohaku lo cargaría y se lo llevaría a dormir... Porque sí, Kohaku podía ser igual o más terca que él.
(Eran tal para cual, pero por el momento, ambos no pensarían así).
-Traumada Taisho
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ABC del SenKoha
Fanfiction[Drabbles & Viñetas] Conjunto de historias y momentos de Senku Ishigami y Kohaku.