ABC del SenKoha

Z de Zambullirse

Sabía que no sólo se había zambullido en agua (o mar, en este caso). Sino que también, se había zambullido a las inciertas aguas de lo que era el sentimiento conocido como amor.

Algo que tacharía diez billones de veces como ilógico, como algo visceral y que de a poco, embrutecía. Y el haberse sumergido en ese sentimiento, no le hacía ni un poco de gracia y saberlo, tampoco le entusiasmaba.

Preguntar las razones de su enamoramiento era perder el tiempo, era negar lo que estaba pasando y también, ser inmaduro. Y lo cierto es que, él pudo evitarlo.

Pero, no quiso. Se negó a ser salvado de aquellas aguas, porque al parecer, había llegado su hora. Y porque la vida quería reírse un rato de él y su casi eterna asexualidad como de su arromántico ser.

Lo cual, le hizo cruzarse de brazos mientras observaba las burbujas emergían de sus fosas nasales.

Pero está bien, se dijo casi con resignación pero con algo de seguridad. Después de todo, si se había zambullido en el amor, había sido con alguien a quien sin duda, le confiaría su espalda y que sabía, nunca le traicionaría.

Y era ella.

Kohaku se acercó a él, con movimientos elegantes como si fuese una nereida. Y mirándolo a los ojos, le otorgó una sonrisa genuina.

Se habría zambullido a estas aguas, pero no solo. Y eso, era algo consolador.

Porque siempre es mejor dos, por si uno cae, el otro le ayuda a levantarse.

Y si esos dos en la vida, eran él y Kohaku, entonces, estaría bien. No habría nada de qué temer.

- Hacía tanto que no nadaba – fue lo que dijo Kohaku cuando ambos salieron del agua a tomar aire. Lo miró con una ligera sonrisa –. ¿Qué te pareció?

Él, estaría en buenas manos.

- Estuvo bien, hacía mucho calor.

- ¿Verdad!

Se zambulliría sólo con Kohaku, y con nadie más. (Finalmente, había decidido).

-Traumada Taisho

Creo que con la canción de All of me, queda bien.

Y hasta aquí llegó el abecedario. Gracias por todo, bye.