EXTRA 2.

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Harry le entrega las llaves del auto al pequeño beta rubio y le sonríe.

—Buenas tardes, Paul—saluda con la voz grave y palabras lentas.

—Buenas tardes, Harry—le pasa un papel para recoger más tarde su carro en el valet.

No se dicen nada más y el rizado camina hasta la entrada en donde recibe varias miradas de alfas y algunas omegas. Lleva un traje azul marino, camisa blanca y zapatos marrones. Se acaba de cortar el pelo, así que sus rizos esta perfecta y cuidadosamente peinados hacia atrás.

En la recepción esta aquella omega que internamente le disgusta. La castaña de senos enormes que usa faldas cortas y escotes sumamente inapropiados. Le murmura un saludo por lo bajo, camina directo al elevador y sube al piso de su esposo. Cuando las puertas se abren, ve a la secretaria de Louis sentada detrás del escritorio y tiene que contener un bufido, porque la omega pelirroja es un ser que odia con pasión.

Es incluso peor que la recepcionista del primer piso. Siempre lleva su cabello rojizo en unas ondas perfectas, el maquillaje leve y unas pestañas naturalmente largas y rizadas con la nariz pequeña y respingada. Ese día lleva un atuendo que Harry odia admitir, es envidiable. Es joven, con tan solo 23 años y un brillo en los ojos que deja ver cada que Louis asoma el rostro.

¿Acaso todo el personal de Louis estaba enamorado de él? Harry culpa al culo de su esposo.

Louis está recargado en la mesa de la chica, con los brazos cruzados y una pierna colgando. Está contándole algo que plasma una sonrisa bobalicona en la pelirroja. El Alfa se ve increíble como siempre, con un traje café claro y corbata negra, el cabello está llegándole casi a los hombros y está peinado hacia atrás sin mucho cuidado (Harry sabe que solo se puso un poco de cera y difícilmente se paso un peine, pero sigue viéndose tan bien como siempre).

Anna lo ve al mismo tiempo que Louis lo siente (ya que no puede oler su presencia). Y la sonrisa se le cae, como si aplastaran todos sus sueños y esperanzas; Harry casi se regodea en ese momento.

Al castaño se le iluminan los ojos y abre la boca para decir algo pero las palabras se le atoran en la garganta. Lo recorre con la mirada y remoja sus labios con la lengua.

—¿Siempre tienes que verte ridículamente atractivo, Styles?—camina hacia él.

—Mira quién habla—le dice, viendo para abajo (porque los años han pasado y Harry es aún más alto).— ¿Quién mierda se ve así cuando va a trabajar?

Louis suelta una risa relajada.

—¿Tienes un espacio para mí?

—El tiempo que quieras—le da un beso corto, porque siguen estando en un espacio laboral y hay gente alrededor.— Anna—se gira—, despeja mi agenda por el resto del día, saldré a comer... Y me llevaré los papeles del contrato Johnson.

Si la chica dice algo, Harry la ignora, pues en ese momento Louis se da la vuelta y su magnifica retaguardia queda a la vista, cubierta por pantalones de vestir ajustados a la perfección. Malditas hormonas del embarazo, está caliente todo el tiempo y se siente más irracional de lo usual (ni hablar de lo territorial que se ha puesto).

El alfa regresa con un maletín y le extiende la mano.

—¿Nos vamos, bonito?

[...]

Quiere culpar a la criatura que lleva dentro por lo que está sintiendo en ese momento, pero sabe que es todo él. Siempre ha sido celoso.

Pero sabe que tiene un motivo y el motivo se ve de unos 19 o 20 años, labial rojo, pelo negro e intenta conseguir el número de su esposo.

—Me llamo Summer—bate sus pestañas.

—Es un bonito nombre—el alfa dice a modo de respuesta y con amabilidad.

—Me preguntaba si...—da un paso más. Harry se contiene.— Mi amiga y yo los estamos viendo desde hace rato pensamos que son muy guapos—incluye al rizados.— Me preguntaba si podría tener tu número—se dirige a Louis.

El omega siente al mayor entrar en pánico y rueda los ojos.

—Tal vez...—se acerca aún más y Harry se pone en medio, la omega choca con su pecho y abre los ojos como platos.

—¿Alfa?—llama a Louis detrás de él y lo envuelve de feromonas, casi poniéndole una correa invisible.— Nos vamos.

El mayor ni si quiera dice una palabra y se levanta de la banca, perdido en la esencia de Harry, embriagado en su esposo. La omega queda atrás de ellos, parada sin saber qué decir y avergonzada.

—¿Podrías explicarme qué mierda estabas haciendo?—se cruza de brazos, esperando una respuesta

—Estaba siendo amable, honestamente pensé que quería vendernos galletas de niña scout—Harry sabe que no miente y eso lo empeora todo en la mente del menor.

—¿Amable? Te estaba coqueteando ¿no lo notaste?

—Bueno, al final sentí algo extraño pero no puedo olerla, entonces no sé lo qué estaba haciendo—dice sin pensar.

Harry odia (hay mucho odio en él, estos días) que Louis sea tan inocente y bueno. Sabe que el alfa nunca nota las intenciones de los omegas porque no puede oler y siempre termina en situaciones así.

—Lo siento, estoy siendo irracional—respira hondo para calmarse.

Ahora se siente culpable, porque si Louis tuviera sentido del olfato, habría percibido el embarazo semanas atrás.

—Todo esto es tu culpa, imbécil.

No era la forma en la que quería decirlo, pero va a pasar ahí y en ese momento, Harry quiere abofetearse por el poco tacto que tiene.

—¿Qué? ¿Ahora qué hice?—pregunta genuinamente confundido

—Me embarazaste, es lo que hiciste—frunce el ceño con molestia (a pesar de que no podría estar más contento, las emociones son confusas en ese estado).— Me tienes todo irracional y sensible, es realmente molesto.

El alfa parpadea varias veces, procesando la información.

—¿Qué?

—Vas a ser papá...¡sorpresa!—intenta, pero Louis sigue con una expresión confundida— Mira, cuando un abejito quiere mucho a una abejita-

—Cállate, Harry, por favor—lo besa con alegría.— No puedo creerlo—une sus bocas de nuevo.— Eres el peor dando noticias, esto es tan anticlimático. 

—Lo siento—se mordió el labio.— Usualmente los alfas pueden... olerlo—acaricia la mejilla de su esposo.— Nuestro olor es más dulce.

—¿Lo es?—pregunta decepcionado

—Solo un poco—lo abraza con cariño.— Vamos a ser padres, Lou...—susurra en su oreja.

Siente a su esposo relajarse bajo su toque y casi puede verlo sonreír contra su cuello, en el hueco que esta entre el hombro, donde la marca de la mordida se encuentra. Louis le da un beso con delicadeza.

—Te amo—murmura el alfa.— Te amo como no tienes idea.

Harry se separa ligeramente del mayor y pone una mano sobre su abdomen aún plano.

—Nosotros te amamos más, Alfa.

Louis atrapa la punta de su lengua entre sus labios y fija su mirada en donde el rizado tiene la mano.

—¿El sexo puede lastimar al cachorro?

—¡Louis!

Fire On Fire [larry stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora