El príncipe cisne y la reina hueca.
"Él no merecía ese destino. Un alma tan pura y hermosa no mereció morir en manos de las sombras oscuras y retorcidas que cubren este inmenso mar que llamamos mundo, Nathe... Nathaniel mereció mucho más"
- TH
- Taehyung, ¡es inaudito tu comportamiento!, eres el futuro rey de una nación y no puedes hacer lo que se te venga en gana, tienes hasta las once de esta noche para regresar a Dorthninglom o tendrás que hacerle frente a las consecuencias, y si me entero que por algún motivo has tenido contacto con tu hermano en estos últimos días, el hecho de su retraso, lo tomaré como algo personal y el peso estará en ti. Quiero verlos a ambos por la mañana. No estoy hablando como tu madre, te lo estoy ordenando como tu soberana. El reloj corre.
La llamada se corta y los ojos de un bello castaño no permiten desembocar las frías y saladas gotas. No, otra vez no, ya habían sido suficientes tomadas en vano por esa mujer.
Habían pasado tan solo tres días desde que un avión había aterrizado con él abordo en el aeropuerto privado de la familia real, mismo tiempo transcurrido desde el fallecimiento de su padre, el rey Bartolomeo.
La realeza, el gobernar, la ostentosa joya dorada que se debía posar en su cabeza, era como un campo de girasoles, así lo sentía Taehyung, lo sembraban como una pequeña semillita, nacía, crecía y antes de darse cuenta, alguien cortaba sus planes, alguien te arrancaba de la virgen tierra en la que vivías con la única intención de ponerte en un florero con un poco de cuidados y suministros para vivir y marchitarte lentamente hasta que tu cuerpo fuese devorado por los gusanos, tirado en un bote de basura orgánica para que otra criatura igual a tí tomara tu lugar en aquel florero. Por desgracia, su padre ya no sería más aquel grueso girasol que volteaba a ver al sol mientras las nubes espantosamente grises cubrían sus espaldas, no, él había sido sólo una víctima más del peso de la corona, así como su padre, y su padre antes de él, y por más que sus deseos fueran evitarlo, aquella laureola dorada sería puesta en sus hombros ahora, como lo dictaba la sangre que corría por sus venas, era su turno de verse bien en el florero.
Taehyung tenía tan sólo cuatro años cuando su ser comenzó a hacer un poco de conciencia y la primera escena de recuerdos lucidos que vagaban por su mente fueron unas pocas palabras al aire que volaron a su dirección. No lo sabía en ese momento, pero esas palabras habían sido el comienzo del resto de su vida.
Un bello niño de rizos chocolate sentado en el jardín, conversando con su padre esperando a poder jugar si es que se lo permitían.
- Oh mi Tae, mi apuesto príncipe, quiero que lo veas, algún día... uno no muy lejano, tú serás dueño de todo esto. Deberás ser alguien muy justo, reinar con la cabeza, pero queriendo con el corazón. Hijo, te amo, también amo a mi reino y espero algún día puedas decir que amas a tu gente, pero que amas más a tu padre.
Y trece años después de aquella breve charla, una dura pieza de oro y diamantes se posó su sien.
El coro de los niños suecos que resonaba por la iglesia, había sido el primer indicio de coronación para los presentes. La enorme capa de terciopelo suave y pesado, color rojo sangre que se sostenía en sus hombros y que se arrastraba por la alfombra de la catedral, le daban la presencia que se requería en aquel lugar.
- Taehyung Bernardotte III Hörningsholm, ¿juras solemnemente gobernar al pueblo de este reino y sus dominios según los estatutos, costumbres y leyes establecidas por tus antepasados?
Un hombre viejo vestido en varias capas de túnicas de seda sostenía un cetro con el cual presionaba sus hombros para el solemne acto.
- Lo juro señor.
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Map of the soul |JJK & KTH
RomanceEste diario var a ser la boca que narre nuestras bellas memorias girasol. No vivimos lo suficiente para ver el sol, pero un teatro, un castillo y sus bellos jardines fueron los mudos testigos de como nuestros belfos se rozaban con emoción, te entreg...