Capítulo 23

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Ya habíamos acabado con todos los falsos ninjas y ahora todos los escuadrones nos encontrábamos en el campo de batalla junto a Naruto para ayudarlo en la pelea que estaba teniendo frente al recién resucitado Diez Colas.

Así, gracias a un brillante despliegue de ataques combinados por parte de la Alianza Shinobi ideada por mi padre, conseguimos atrapar al Jubi, pero eso no duro mucho ya que cuando estábamos a punto de atacar, ese monstruo resurgio del suelo más poderoso y antes de siquiera reaccionar el Diez Colas ya había comenzado a mostrarnos su increíble poder lanzando varias Bijudamas a distintos lugares destruyendo hasta una ciudad entera.
Realmente eso se había convertido en una gran dificultada para nosotros pero eso solo fue el inicio de lo que se nos venía y yo fui el primero en sentir la estocada de los ataques del Jubi...

Esta parte de la historia es muy difícil para mi y aunque este relato se trate sobre mis temas románticos y toda la cosa, creo necesario hablar de esto, más que nada porque es algo con lo que aún estoy trabajando ya que apenas a pasado poco tiempo desde que la guerra a terminado. Es otra herida reciente que trató de sobrellevar.

Mi padre, ese genio y una de las personas que daba todo por la aldea sin titubear ni un segundo había muerto con todo aquel que se encontraba dentro del Cuartel General.
Mi cuerpo se paralizó, sentí que la sangre se me helaba y que la respiración me faltaba y en mi cerebro trataba de convencerme de que eso no podía ser cierto. Pero si lo era. Quería gritar llorar y lanzarme al Jubi sin importarme un comino terminar muerto, solo quería vengar la muerte de mi padre.
Pero antes de que mi lado impulsivo se hiciera presente recordé la voz de mi padre antes de morir, no, la voz de mi padre apoyándome y dándome palabras de aliento cada vez que lo necesitaba en los peores momentos, como cuando fracasé en la mi primera misión como Chunin o cuando murio Asuma y ahora con su muerte, fue ahí cuando solo me quedo ser fuerte apretar duro los párpados y recordar que esto era una guerra y que no había tiempo para llorar. Tenía que actuar de manera madura, por todos, por mi padre.

¿Recuerdan que dije que eso solo era el inicio?, pues no mentía ya que no terminaba de asimilar lo de mi padre y ya me estaba enterando que Neji también había muerto protegiendo a Hinata.
Después de eso el miedo que sentía en ese momento era descomunal, no lo demostraba, no podía, pero el pensar que ya la gente de nuestro grupo se estaba muriendo, me aterraba. Creía que después me dirían que había muerto Shino, Kiba, Akamaru, Chouji, Ino y hasta... Sakura.

Precisamente por eso tenía que mantener más que nada la calma y poner en marcha el plan que mi padre había ideado antes de su muerte para inmovilizar a la bestia, pero no sin antes recibir sus las palabras donde se disculpó de los sentimientos que nunca me pudo expresar, pero eso no era necesario, así que lo consolé diciéndole que siempre observé él como era y su forma de actuar, llevándome a ser lo que soy ahora, simplemente la verdad.
Creo que escucharme decir eso lo sorprendió, y quiero pensar que de alguna manera también lo hizo feliz. Y así después de esas palabras se despidió de mi, no sin antes pedirme que escondiera su cajita de los secretos para que mi madre no la encontrara. No, no les diré que tiene su caja son cosas de mi padre.

Debido a los recientes acontecimientos, Naruto reactivó su modo Kyuubi de una manera diferente, digamos que en su segunda forma, logrando así con la ayuda de sus clones transferir el chakra del Kyuubi a todos los presentes y así fortaleciendo nuestras técnicas. Gracias a esto pudimos hacer la estrategia que armo mi padre con éxito y así darle la oportunidad a Naruto y al resto de ninjas realizar la Formación Ave Fénix logrando así cortar el vínculo entre Óbito y el Diez Colas.
Sin embargo esto no fue suficiente y Madara, Obito y el Jubi continuaron con la batalla, contraatacando con dos poderosos jutsus de elemento fuego, pero gracias al chakra de Naruto salimos ilesos de los distintos ataques.

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