Capítulo XIX

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Todos estabamos en el salón del trono

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Todos estabamos en el salón del trono. Luego de pasar la mayoría de la noche encerrados esperando que todo terminara, finalmente pudimos salir luego de que la alarma sonara. Me hubiera gustado salir y poder ayudar pero ni Sarah, ni los guardias me lo permitieron.

Ahora, todos juntos allí, podía ver el estado de la situación. Todo estaba conpletamente destriudo. Las ventanas estaban rotas y las personas lucian demacradas. La muerte rondaba por cada uno de nosotros. La mayoría estaba cubierto de su propia sangre y otros con la sangre de otras personas.

—¡Atención! —gritó el rey con la poca voz que le quedaba. Detrás del rey habían doce hombres que nunca antes había visto y que a diferencia de los demás parecian no haber presenciado nada. Todos estaban bien vestidos y sin un rastro de mugre sobre sus cuerpos. Entre ellos estaba Michael Bones—. El consejo ha tomado una desición —dijo el rey con un rastro de enojo y frustración en su voz.

Un hombre, con cabello cubierto de canas y una postura recta, se adelantó y comenzó a hablar.

—El consejo ha decidido adelantar la coronación. Se realizará dentro de dos semanas. No fue una desición unanime, —dijo mirando sutilmente al rey— pero queremos evitar más ataques y muertes.

Despues de eso, el hombre retrocedió y volvió al lugar donde se encontraba.

—¡No voy a permitir que esto vuelva a suceder! —exclamó el rey furioso—. ¡Cualquier persona con actitudes sospechosas será encarcelado para luego ser asesinado!

Despues de esas palabras, el y el consejo se retiraron y yo me dirigí a mi habitación, pero aunque estuviera exhausta, todavía tenía algo que hacer.

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Esperé a que las cosas se calmaran y cuando la noche estaba casi por caer y yo ya estaba descansada, me vestí. Salí del castillo por la puerta principal ya que la cocina estaba ocupada.

—Princesa. —Era el príncipe Jude, acompañado per el príncipe Aaron. Era la primera vez que los veía juntos.

—Príncipes.

—¿Se puede saber a donde se dirige?

—Solo iré a ver si puedo ayudar a alguien allí afuera. Con permiso.

Mientras yo reanudaba mi partida se escucharon pasos por detrás.

—Yo que tu, sería mas cuidadosa respecto a las personas con quien me junto.

Me giré sorprendida pero el príncipe Aaron ya se estaba yendo.

Luego de un par de complicaciones logré llegar a mi destino. Mucha más gente de la que esperaba estaba rondando por las calles pero lo que tenía que hacer era importante.

A paso fuerte, entré en la habitación. Carter estaba solo.

—Tengo que hablar contigo —exclamé furiosa.

Carter levantó su mirada sorprendido mostando una cara inocente que para nada me la creí.

—¿Qué sucede?

—¡No puedes volver a hacer lo que hiciste!

—Mi niña, ¿cuántas veces te lo tengo qu-

—¡No! ¡¿Cuantas veces te lo tengo que decir a ti?! —lo interrumpí—. ¡No puedes ir por ahí matando personas cuando se te de la gana! ¡Son personas inocentes!

—¡No me alces el tono! Que te quede claro, ¡cualquiera que se cruce en mi camino, lo elimino! ¡No tengo tiempo para estar consultando si la persona que tengo delante es inocente o no!

Mis ojos se abrieron con sorpresa ante sus palabras.

—Eres repugnante. No me vuelvas a hablar.

—¡A mi no me des la espalda o lo lamentarás!

No dejé que terminara de hablar cuando cerré la puerta de un golpe y me dirigí de vuelta al castillo.

No podía creer lo que me había dicho. Estaba loco. ¿Cómo se podía tomar tan a la ligera una vida humana? No le hablaría más ni tan poco lo ayudaría. No valía la pena si el era igual al enemigo que quería derrotar. Ya no podía más. Haría las cosas por mi cuenta. Ganaría el concurso y cambiaría todo.

Cuando estaba en medio de un callejón escuché ruidos por detras mio. Me giré rapidamente para comprobar si había alguien.

Observé cada rincón pero no vi a nadie. Volví a caminar pero esta vez un poco más rápido y volví a escuchar otro ruido. De repenté, tres cuerpos oscuros se abalanzaron sobre mi y me tomaron por los brazos y piernas. Me removí tratando de escapar pero eran demasiados y yo era una sola.

Logré soltar una pierna y le pegué una patada al hombre que la sostenía para luego librarme del otro con un puñetazo. Comenzé a correr lo más rápido que podía pero un brazo me tomó del cuello y me puso un pañuelo sobre mi boca.

—Shh —susurró el hombre en mi oido—. Mientras menos luches mejor será para ti, princesita.

Luego de eso, todo se oscureció.

Atencion: Sé que este capítulo es DEMASIADO corto pero es por eso que hice una doble actualización. Besos.

Reinas y Reyes [La Competencia Por La Corona]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora