Reinas y Reyes [La Competencia Por La Corona]

Capítulo XXII

Ya era un día nuevo y estaba decidida a hacer algo productivo, tenía muchos problemas que resolver, no podía quedarme allí sin hacer nada. Estaba por salir de mi habitación cuando alguien tocó la puerta. Me dirigí a ella y la abrí.

—¿Qué haces aquí? —pregunté. Mi padre me miraba desde la puerta.

—Solo vine a disculparme.

—Que pena que no puedas disculparte con los muertos —exclamé seca y sin mirarlo—. ¿Cómo me encontraste?

—Tengo personas en todos lados.

—Sigo sin entender que haces aquí, es una pérdida de tiempo, no voy a perdonarte.

—Hija, escúchame, sé que estuvo mal lo que hice y dije pero, era la única manera-

—Estoy segura de que esa no era la única manera —lo interrumpí—. Lo peor de esto es que todo lo estas haciendo por nada. Solo quieres la corona.

—Tengo mis razones.

—¿Ah si? —exclamé furiosa, mirándole a los ojos—. ¡Pues explícame!

—Es por tu madre —soltó.

—¿Qué? —pregunté incrédula. Nunca hablaba de ella.

—Tu madre. Todo esto es por tu madre.

—Explícate —le ordené.

—El rey mató a tu madre.

Mis ojos se abrieron y sentí que se me bajaba la presión. No podía ser cierto lo que estaba escuchando.

—No te creo. Me estás diciendo todo esto para que sienta lástima por ti y te perdone.

—No digo que me creas, pero es la verdad. El rey Oliver mató a tu madre poco después de que nacieras y todo esto lo hago por ella.

—¡¿He estado conviviendo todo este tiempo con el asesino de mi madre?!

Carter no dijo ninguna palabra, solo bajó su mirada.

La cabeza me estaba a punto de explotar. Las cosas no podían empeorar más.

—Deja de dar vueltas —habló mi padre. Al parecer, había comenzado a girar en círculos en mi habitación y no me había dado cuenta.

—¿Por qué no me lo dijiste?

—Solo quería que vieras porque estoy haciendo todo esto.

—¡Deja de mentirme! —grité—. ¡Si me hubieras dicho la verdad, todo hubiera sido mucho más fácil! ¿Qué más quieres? ¡Dime!

—¡No te dije la verdad porque necesitaba que lo odies de la misma manera en la que lo odio yo! ¡Necesito que lo mates!

Mis ojos se abrieron como platos y una lágrima amenazaba con salir.

—¿Qué haga qué? —No lo podía creer, quería que me ensusiara las manos por el.

—Lo que escuchaste.

—Estás loco. —Me giré y comencé a caminar hacia la salida.

Carter me tomó del brazo.

—Escucha, te necesito. —Su cara lucía sincera pero el aire olía a mentiras—. Si tu no lo haces, todo por lo que tu madre luchaba sería en vano. Ella se desepcionaría de ti y yo también. Yo ya te he aplanado el camino, solo tienes que matarlo. Mi trabado de años recae solo en ti, Eve. Por favor, piénsalo.

—Dame dos días. —Todavía no podía creer las palabras que salían de mi boca.

Con la capa que me dio Aaron el día anterior salí del hotel. No había tenido tiempo de ponerme a revisar la capa. Era de terciopelo y de un color rojo bordó fuerte. El interior era oscuro.

Me coloqué la capa y me dirigí al castillo, el único lugar que tenía que evitar.

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Esperé a que no hubiera nadie dentro de la cocina y entré. Con la capa cubriéndome la cara subí hasta mi habitación. El castillo estaba silencioso.

Entré mi habitación y abrí el pasadizo secreto, había algo allí que despertaba mi curiosidad, sentía que era algo importante así que sin hacer demasiado ruido me adentré en ese pasillo cubierto de telarañas.

Con una mi mano apoyada en la polvorienta pared abrí el cuarto secreto. Estaba igual que como lo había dejado; los libros, el escritorio. Me acerqué a este último y asomé mi rostro para poder ver el contenido de los papeles que se enontraban reposando sobre el escritorio. Era una lista, pero eso no era lo que más llamaba mi atención, lo que si lo hacía era el diario incompleto, abierto de par en par.

Jueves
No sé que hacer, tengo miedo de que mi familia se vuelva en mi contra. Traté de alejarme pero me es imposible, lo amo y desearía...

Allí terminaba. No había nombres ni fechas, solo eso o era lo que creía. Me giré sobre mi misma y divisé, allí, debajo de los libros, una estantería lleno de diarios como el que tenía en la mano.

Giré mi cabeza rápidamente cuando escuché un ruido.

«¿Cerré la puerta?» pensé. «Si, si la cerré»

Asomé mi cabeza lentamente para ver si veía alguien pero no había nadie. Fue allí cuando logré comprender quien podía ser.

«Sarah»

Comencé a correr, tenía que decirle que estaba bien. Debió de haber estado muy preocupada. Me secuestraron, no tuve tiempo de despedirme de ella. Cuando llegué a la habitación no había nadie pero mi puerta estaba abierta. Salí de la habitación y comencé a correr. Tenía que alcanzarla. No sabía si significaba algo para ella pero ella si me importaba. Un aroma a flores me llegó a la nariz. Estaba cerca.

Cuando giré en una esquina allí la vi, colocando las flores que hace poco había olido. Antes de tomarla del brazo y abrazarla pensé que esto podía no ser lo mejor. Si alguien nos veía conversando, podrían delatarla con el rey y terminaría muerta.

Ya arrepentida comencé a girarme pero alguien me tomó bruscamente del brazo y me introdujo en una especie de cuarto oscuro.

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¡Hola a todos!
Me pasaba por acá para mostrarles el nuevo mapa del reino. Últimamente lo he estado modificando y detallando y es por eso que tarde un poco en subir este capítulo.  Aquí se los dejo, espero que les guste. 🖤