-¿Como sabes donde vivo? -pregunte, el sonrío mientras no dejaba su pose de ¨Soy el mejor¨
-¿Te lo dije, no? una hada... -su bufé - Oye es fácil, quién no conoce a la familia Williams, son la familia más importante de la ciudad, fue fácil saber tu dirección ¿Entonces vienes al entreno? -lo mire mientras decía todo eso
-Lo siento, no...tengo que hacer...-intente pensar en una excusa valida, pero nada se me ocurría, al final accedí -Esta bien
-Perfecto, sube -dijo mientras miraba la motocicleta -me imaginaba que jamás habías subido a una nunca- dijo mientras reía, pero yo estaba ajena a todo eso, por alguna razón esa motocicleta me hacía recordar mis viajes en bicicleta, camino a casa de Gustavo, mientras su peso impedía que yo pudiera manejar bien, sonreí con ese recuerdo, lo había olvidado ¿Cuanto había pasado? ocho meses o quizá 9 meses? no estaba segura del tiempo, pero estaba segura que ese recuerdo me hizo por un momento feliz -¿subes o que?-dijo Roberto, yo suspire y subí.
El camino había sido corto, caminábamos en silencio rumbo al gimnasio de la escuela, el ambiente era tenso, era como los dos no quisiéramos estar uno al lado del otro, era forzado, caminábamos de prisa para llegar más rápido, ninguno de los estaba cómodo con el otro.
-Creo que...¿te gustaría aprender? -pregunto cuando llegamos, habían alrededor de 10 chicos, todos sin camisa, me ruborice mientras entrabamos, Roberto saludo a todos, incluyendo al entrenador, pero todos me observaban a mi, podía sentir varios pares de ojos sobre mi. - Descuida, me miran a mi, jamás había traído una chica...
-Descuida, no importa a quien vean... estaré sentada por allá...
-Espera... no quieres aprender a hacer un gancho... apuesto que tiene una buena derecha- dijo mientras señalaba un saco, lo había visto antes, siempre iba a los entrenos de mis cuatro amigos.
-No realmente... -dije, el bufo y tomando de mi mano me halo hasta el saco
-Esto es un punching bag, o saco de arena, como quieras llamarlo, te traeré unos guantes-dijo mientras se alejaba y traía dos pares de guantes, me dio unos y sonrió -demasiados grandes, lo siento, son los más pequeños que tenemos, ven te ayudaré- dijo al ver que intentaba ponerme el de la mano izquierda, con un fracaso bien claro.
-¿Para que...
-Golpea el saco... así -en ese momento, sus músculos de comprimieron mientras un brazo golpeaba el saco, haciendo que se moviera, yo lo observe sorprendida -Ahora intenta tú - Asentí, intente hacer los mismos movimientos que él, y golpeé el saco, no se había movido
-Es más pesado de lo que pense...
-Vamos golpea una vez, desata toda tu furia contra él - sin pensarlo volví a golpearlo, lo seguí golpeando, mientras pensaba en lo sola que me sentía, en lo enojada que estaba con Gustavo por no darme la oportunidad de estar a su lado en estos momentos tan difíciles para él, por mis amigos, por dejarme sola, sobre todo Dominique, porque odiaba no defenderme contra todos los que me molestaban, por no ser comprensiva con nadie, por sentirme vulnerable.
-Ya basta... basta Fabiola- dijo Roberto, había empezado a llorar, me quite los guantes y me fui de la escuela, mala idea en no traer mi billetera conmigo.
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Fabiola
Teen FictionFabiola se enfrenta a un nuevo reto, intentar lidiar con su ultimo año de preparatoria, amistades, amores, estudios y más.