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Camine de prisa mientras algunas lagrimas rebeldes insistían en rodas por mis mejillas, me sentía ridícula en las calles llorando, ¡yo no era así! Jamás había sigo de las que lloraba por extrañar tanto a personas, me sentía egoísta, en verdad lo estaba siendo, ellos se habían ido por una buena razón, yo no era su sombra para estar siempre con ellos, estaban estudiando, y estaba orgullosa por ellos, por otro lado, me molestaba la idea de Gustavo en otra ciudad, sin saber de su hermana, me daba rabia el pensar que me hizo a un lado en un momento tan importante de su vida, estaba molesta con él, pero al final, entendía el porque lo había hecho, su hermana es la prioridad, la mayor prioridad que el tiene en estos momentos, no puedo ser tan egoísta. 

El pensar todo eso me había distraído del mal momento que había pasado en el club de boxeo, lo ridícula que me habré visto frente a todo, frente a Roberto, que solo quería distraerme de toda esta mierda, mire a mi alrededor, esas calles las conocía, me había distraído y había parado cerca de la casa de Gustavo, mire un lado y otro, todo estaba igual, recordar los días en que viajaba en bicicleta con él, precisamente él, tras de mi, como me había costado el pedalear por llevar ambos pesos, suspire y seguí caminando, ya estaba cerca ¿Que mas daba si iba a su casa? ¿Habría crecido más las malezas? La sala debe de estar igual de sucia de cuando la vi por primera vez, sonreí con pesar mientras miraba la casa a lo lejos, mire el lugar donde estacionaba mi bicicleta y luego la camioneta, jamás supe el porque no manejaba autos, supongo que jamás lo llegaré a saber. 

Camine entre las malezas hasta llegar a la puerta, estaba oxidada, toque la puerta y se abrió de inmediato, me asuste ¿por que estaba abierta? ¿les habrán robado? mi instinto fue caminar a la casa, aun sabiendo el peligro que podría traer, pero mi adrenalina esta en un 100% no pensaba con claridad, al entrar, todo estaba en su lugar, tal como la ultima vez que había entrado, sin embargo todo estaba... 

-¿Que haces aquí?- me gire asombrada al escuchar aquella voz, lucía un piercing en el labio inferior, se había hecho un corte de cabello, ahora podía ver el cuadrado de su mandibula, una camiseta le cubría su torso, suspire, debía de estar soñando, me acerque a él, sin creerlo... intente tocarle su mejilla pero el me lo impidió -¿Que haces aquí Fabiola? - Su rostro era duro ¿Acaso no se alegraba de verme? 

-Yo...yo solo... ¿Como esta Cami?-Pregunte sin contestarle, el suspiro y camino al sofá 

-Mejor, fuera de peligro... -Tragué saliva mientras lo observaba, estaba siendo muy cortante conmigo 

-¿Cuando has venido?

-Ayer por la noche- dijo sin mirarme  

-¿por que no me has dicho? le habría dicho a mi madre, habría preparad...

-No Fabiola, no, no quería que te enteraras que había vuelto, no quiero verte 




Nuevo capítulo

Espero que les haya gustado, perdón por no haber subido antes capitulos, sin embargo había estado ocupada por las ultimos resultados de la universidad, pero lo prometido es deuda 

Gracias por leer 

atte. F 

FabiolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora