Capítulo 2

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𝕯𝖆𝖘𝖍𝖊𝖗

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𝕯𝖆𝖘𝖍𝖊𝖗

"Las buenas cosas ocurren todos los días

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"Las buenas cosas ocurren todos los días. Solo nos tenemos que dar cuenta de ellas"

El grupo salió del Garnier, con dirección a la Escuela de Ballet, que es de donde venían. Clara e Inés iban más adelante que lo otros dos, mientras le enseñaban el mundo moderno a Sir Arthur, quien miraba asombrado cada rincón.

─¿Por qué lo miras así?─ habló Jeff dirigiéndose a Max, quien miraba con el entrecejo fruncido al caballero

─No me da buena espina─ respondió sin quitarle la vista de encima.

─Oh vamos, eso solo lo dices porque te llamó bufón,...bufón─ exclamó entre risas, ganándose una mala mirada del chico.

─No, claro que no─ respondió cortante.

─Entonces es por Clara─ Max lo miró sorprendido─ oh, ahora me dirás que lo que pasó en el Garnier no fueron tus celos, quítale tus manos de encima─ imitó su voz.

─¿Fui muy obvio?

─Yo creo que si, ahora dime bufón...

─Que no me llames así─ lo interrumpió al rubio.

─¿O prefieres Grinch?─ Max rodó los ojos─ sigo mi querido bufón, ¿por cuánto tiempo más ocultarás tus sentimientos por ella?─ preguntó.

─No lo se, ya intenté decírselo muchas veces, pero ella está ocupada o yo no tengo el valor suficiente como para hacerlo─ explicó.

─Bueno, pero en algún momento deberás decírselo─ dijo, para adelantarse y alcanzar a los otros tres.

─El hombre tenía razón, si existen los dragones de metal─ exclamó Arthur, señalando con su espada un avión que volaba en las alturas.

─Primero, eso no es un dragón, es un avión─ explicó Inés─ y segundo, baja la espada, aquí no está permitido esa clase de armas, y no queremos que termines en prisión─ comentó, bajando el brazo del chico, y con este la espada.

─¿Qué es eso?─ Arthur olió una pequeña brisa acompañada de un dulce aroma que inundó sus fosas nasales─ huele delicioso.

─Eso, querido amigo─ habló Jeff, apoyando ambas manos sobre los hombros del muchacho─ es chocolate caliente, y definitivamente durante tú visita al futuro, debes probarlo, así que ven, debemos llegar antes de que los malvaviscos se acaben─ añadió, para tirar de su brazo derecho, arrastrándolo detrás de él.

Los otros tres rieron por el comportamiento del rubio y la cara de confusión que tenia Arthur.

─Bueno, yo...creo que debería ir con ellos, ya que, no queremos que haya un incidente con la espada─ dijo la de rizos, para salir corriendo en dirección al lugar al que habían ido Jefrey y Arthur, dejando así al par de amigos.

─Y bueno, bufón─ Max miró mal a la ojiverde─ sabes que solo bromeo─ ambos rieron, mientras comenzaban a avanzar─ escuché que querías decirme algo─ comentó algo intrigada.

─Si, que de verdad pareces un elfo como el de las propagandas─ la chica golpeó su hombro con diversión.

─Ah ¿si?, y tú te pareces a Dasher, el reno de Santa Claus─ se defendió Clara, causando que Max la mirara con indignación.

─Entonces estás diciendo que me parezco a un reno─ dijo, haciéndose el ofendido.

─Exactamente.

─Vas a ver tú─ exclamó, para juntar nieve entre sus manos y luego lanzárcelo a la chica junto a él.

─¿Cómo te atreves después de que fui gentil contigo?, al menos el reno vuela─ dijo entre risas, para copiar su acción y lanzarle una bola de nieve.

─Te pasa por llamarme animal─ se excusó a modo de broma, para lanzarle una igual a la suya. Antes de que la bola de nieve impactara contra ella, comenzó a retroceder, intentando evitarlo; pero al hacerlo, tropezó con una pequeña piedra que había en el suelo, cayendo sobre un pequeño montículo de nieve que había detrás suyo.

─Clari, ¿estás bien?─ preguntó algo preocupado a la chica que no dejaba de reír a carcajadas─ déjame ayudarte─ se acercó con intenciones de hacerlo, pero tampoco vio la pequeña roca con la que Clara había tropezado, causando que él cayera sobre ella, claro que sin aplastarla, ya que logró atajarse con sus brazos.

─L...lo siento─ se disculpó algo nervioso, al darse cuenta de su cercanía; pues, sus rostros habían quedado a unos pocos centímetros, y con eso sus respiraciones se entremezclaban, incluso sus narices rozaban una con la otra.

─No te preocupes─ respondió Clara, intentando sonreír.

─¿Interrumpimos algo?─ ambos se separaron casi de inmediato al oír aquella pregunta. Inés sostenía dos vasos entre sus manos, mientras observaba con diversión a la pareja, quien rápidamente negó.

─¿De qué me perdí?─ Jeff llegó casi corriendo con otros dos vasos iguales a los de la chica, mientras que Arthur venía tomando de su chocolate.

─No te perdiste de nada─ respondió Clara, mientras que Inés le daba una de las bebidas que traía consigo.

─¿Seguros?─ volvió a preguntar la de cabello rizado, al mismo tiempo que Jeff le daba el otro vaso a Max, no sin antes dirigirle una mirada de picardía.

─Seguros─ esta vez fue Max quien aseguró.

─¿Como habéis descubierto este delicioso manjar?─ Arthur llegó junto a ellos─ es lo más maravilloso que he probado en mi vida─ declaró.

─Oh, y espera a probar las galletas de jengibre de Mildred─ dijo Jeff antes de darle un sorbo a su chocolate─ son exquisitas.

Siguieron caminando de regreso a la escuela; en el camino, Arthur había tenido varios enfrentamientos en los cuales, alguno de los chicos tuvo que intervenir. Uno había sido con un anciano, otro con un niño, e incluso uno con un perrito, o como él prefirió llamarlo, bestia feroz de cuatro patas.

Una vez que lograron llegar a la Escuela, las miradas no tardaron en posarse en el chico de armadura; a decir verdad, no se podía esperar menos, todos los días no se ve pasar a una persona en armadura, con una capa roja y una espada.

La Señorita Carré se acercó a la entrada del edificio junto con Armando, quienes detuvieron su andar al toparse con Arthur.

─Disculpe, pero, ¿quién es usted?─ habló la directora, dirigiéndose al caballero.

─Yo soy Sir Arthur de la Court, caballero de la reina Amelie, defensor de los bosques de Vincennes─ se presentó el de la capa─ usted debe ser la reina de estas tierras; es un honor conocerla su majestad─ se inclinó ante Carré, quien lo observaba con confusión al ver que este besaba el dorso de su mamo izquierda.

─No, ya te dijimos que no tenemos reina─ le recordó el rubio, haciendo que se reincorporara.

─Pido mis disculpas su majestad...─ la de rizos le susurró algo al oído─...quise decir Señorita Carré.

─Chicos, ¿trajeron los adornos?─ habló esta vez Armando, al ver que no traían las cajas consigo.

─No, pero...─ Clara tomó de los hombros a Arthur, haciendo que se acercara al hombre─ le trajimos a un caballero de navidad.

COPOS DE NIEVE, especial navidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora